Colaboración de Juan María Naveja
Ya es tiempo que cada quien haga su chamba y que los prestigios se ganen con el deber cumplido.
Como si todas sus aspiraciones políticas le fueran en ello, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, asumió la cruzada por un aumento a los salarios mínimos, esfuerzo que los capitalinos habrían agradecido si lo hubiera aplicado a la tarea para la que fue elegido: gobernar una de las ciudades más complejas del mundo.
No nos engañemos, en México los sueldos y salarios en general se encuentran rezagados, lejos, muy lejos de los que le corresponde a una de las 13 principales economías del mundo y a la cola de los integrantes de la OCDE; por lo tanto, es un tema generoso para las aspiraciones de cualquier político con una gran exposición mediática y que quiere ser presidente de la República.
Lamentablemente, la verdadera reforma laboral se ha estancado por los intereses mezquinos de partidos y sindicatos y la complacencia de los gobiernos y legisladores, de hoy, ayer y antier.
El pequeño detalle es que ésa no está entre las principales tareas del jefe de Gobierno, menos cuando se registra un deterioro en la principal tarea de un gobernante que es la seguridad, se supone la especialidad de Mancera.
A muchos funcionarios públicos les da por buscarse asuntos redituables, incluso ajenos a los que les corresponden de acuerdo con las leyes que protestaron cumplir y hacer cumplir; las autoridades locales tienen por tarea primordial la seguridad y los servicios públicos, para eso son los recursos que se les confían.
Mancera podría andar en temas electoreros si todo caminara a la perfección en la capital, obviamente no es el caso, veamos lo sucedido con el Sistema de Transporte Metro, una de sus principales responsabilidades: desde que asumió y hasta estos días la Línea 12 sigue siendo un galimatías, en su funcionamiento y el esclarecimiento de lo que sucedió en torno al proyecto.
El mantenimiento en general es un desastre, una prueba más fue el colapso de una escalera la semana pasada en la estación Nativitas.
El promotor del aumento a los salarios mínimos es el mismo que hace dos años gestionó un aumento de 2 pesos a las tarifas del Metro con la promesa de mejorar el servicio, lo que no ha sucedido.
¿Quiere tareas antes de andar en campaña por asuntos que no son de su incumbencia? Los taxis pirata, la invasión de vialidades primarias, la contaminación creciente tras el regreso de autos contaminantes, combatir la corrupción institucionalizada, una eficaz coordinación con las delegaciones, mayor número de patrullas y policías, mejor pagados y capacitados; por lo tanto, mayor seguridad.
La lista puede crecer exponencialmente ¿Qué no hay recursos que alcancen? También es cierto, pero tampoco ayudan políticas populistas como andar regalando mochilas que los niños no utilizan o subsidiando de manera generalizada y corrupta.
Y ya que estamos en esto, la Secretaría del Trabajo federal ha respondido con seriedad y realismo, porque es su responsabilidad. Ya es tiempo que cada quien haga su chamba y que los prestigios se ganen con el deber cumplido.
Si Mancera tiene sueños presidenciales, primero que analice cómo perdió el bono que le dieron los capitalinos, nunca un jefe de Gobierno había llegado con semejante respaldo, mismo que sus hierros y omisiones pulverizaron.