Colaboración de Gabriel Casillas
Todo parece indicar que ahora sí la semana que entra el Banco de la Reserva Federal de EU (Fed) subirá la tasa de interés de fondos federales. Cabe destacar que esta sería la primera vez que el Fed lleva a cabo un alza de tasas por primera vez en poco más de 9 años. Considero que es prácticamente un hecho que el Comité de Operaciones de Mercado Abierto del Fed (o FOMC por sus siglas en inglés) decidirá iniciar su ciclo de normalización de tasas de interés en la reunión que sostendrá los próximos 15 y 16 de diciembre.
Si bien los participantes de los mercados financieros globales estuvieron muy escépticos de que esto pudiera suceder –juzgando por lo que descontaban los activos relacionados a la tasa de interés de política monetaria en EU-, hoy apuestan a que ocurrirá un alza con una probabilidad cercana a 80 por ciento. En contraste, los analistas de mercados hemos pensado que el FOMC debió haber actuado tiempo atrás. Sobre todo por el buen desarrollo de la economía y nuestra interpretación de las intenciones que los mismos miembros del FOMC han expresado sobre el momento en el que deseaban aumentar la tasa de fondos federales.
No obstante lo anterior, los analistas hemos estado errados ya en dos ocasiones. El consenso entre analistas estimaba que el inicio del ciclo restrictivo del Fed daría inicio en junio –y no ocurrió-, y después en septiembre, en el que tampoco sucedió. Si me permiten el uso de la jerga del beisbol, los analistas ya llevamos dos strikes. Lo bueno es que en esta ocasión consideramos que los analistas hemos tenido un mejor pronóstico que los participantes de los mercados y no creo que salgamos “ponchados”.
El punto de partida del gran debate en EU respecto a cuándo debe de iniciar el Fed su ciclo de alza de tasas tiene mucho que ver con el hecho de que no se han observado presiones inflacionarias. Si bien considero que este es el centro del debate entre los miembros del FOMC, creo que las dudas de los miembros del FOMC sobre el crecimiento de la economía de EU a inicios del año y la ola de alta volatilidad financiera generada por preocupaciones sobre China fueron los eventos que provocaron que el FOMC postergara el alza de tasas.
En este sentido, el aparentemente débil crecimiento que se registró en el primer trimestre del año en EU (0.6 por ciento) fue el responsable de que el FOMC decidiera en su reunión de junio esperar al menos un trimestre más para iniciar su ciclo de normalización. Después, al quedar claro que la desaceleración observada en 1T15 no era de carácter estructural (i.e. solo ocurrió por factores transitorios que al eliminarse se corregía el problema), la mesa estaba puesta para subir tasas en septiembre.
Quiero destacar que para la mayoría de los analistas era muy claro que el mal dato de PIB en 1T15 estuvo explicado por tres factores temporales: (1) Clima inusualmente frío en el noreste de EU; (2) huelga de los trabajadores portuarios en la costa oeste de EU; y (3) un problema en la forma como se estima el ajuste estacional del PIB, que daba como resultado un dato mucho peor que lo que se debería de reportar. Sin embargo, para el carácter extra conservador que ha mostrado el FOMC, esto no fue suficiente y necesitaron mayor evidencia (PIB de 2T15, que creció 3.9 por ciento). Entonces, de acuerdo a los discursos de los miembros del FOMC y la fortaleza de los datos económicos, el Fed debió haber elevado la tasa de fondos federales en su reunión de junio.
No obstante lo anterior, en septiembre el FOMC volvió a posponer el inicio de alza de tasas de interés debido a la fuerte volatilidad que se generó alrededor de un anuncio que llevaron a cabo las autoridades de China sobre su política cambiaria. Para una buena parte de los analistas estas modificaciones respondían al deseo del gobierno chino de que su moneda (yuan o renminbi) fuera incluida en la canasta de monedas que forman el DEG (Derecho Especial de Giro), la moneda oficial del Fondo Monetario Internacional (FMI), que entre otras cosas sirve de “certificación” de moneda de reserva. Sin embargo, para la mayoría de los participantes de los mercados financieros globales, las acciones anunciadas por el banco central de China respondían a una profunda preocupación por el bajo crecimiento económico, teniendo como intención devaluar el yuan y así estimular la economía al impulsar sus exportaciones.
Hoy sabemos que la primera razón fue la correcta. De hecho, la semana pasada el FMI anunció la incorporación del yuan en la canasta del DEG. En este sentido, las preocupaciones que los mercados registraron con fuertes pérdidas no estaban bien fundamentadas. Es por eso que también los mercados “se han calmado”. Es momento de que el FOMC inicie un ciclo de alza de tasas de interés. No existen hasta hoy razones para postergar más este evento de riesgo que ha tenido a los participantes de los mercados “al filo de sus asientos”. Hacia delante, la pregunta que habrá que responder será la magnitud y velocidad a la cual el FOMC instrumentará este ciclo.
*El autor es economista en jefe de Grupo Financiero Banorte.
Twitter: @G_Casillas