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Por fin Peña Nieto se atrevió a los cambios… y a destapar «tapados»

Publicado por
José Cárdenas

«A pocos días de su Tercer Informe de Gobierno, el Presidente de la república sacude el tablero y hace cambios, modifica el orden de las piezas, cambia peón por peón, hace brincar la caballería  pero deja intactas los torres cuya función siempre es apoyar al  rey y cambia todo menos el juego. No parece haber cambios en la estrategia. Se sostiene en los escaques del centro, lo cuales (decía Capablanca) permiten dominar todo el campo«, comenta Rafael Cardona.

La cirugía mayor a casi medio gabinete, es decir la reingeniería presidencial anunciada, implica un cambio generacional. Intenta servir para renovar al equipo y calmar los ánimos de la frustración popular sobre todo en los últimos doce meses;  para mandar una señal de cuál va a ser la agenda prioritaria y también para dar esperanza que las cosas puedan cambiar.

Los cambios suelen hacerse para castigar o promover a quien hace mal o bien las cosas, para mejorar la coordinación del gabinete, para hacerla más vigorosa y de manera colateral –en este caso– para abrir la baraja política rumbo al 2018.

Si bien los pilares de la gobernabilidad se mantienen incólumes, termina el monopolio del tridente del poder integrado por Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, y el recientemente agregado Manlio Fabio Beltrones.

Más allá de la convocatoria para transformar a México en el segundo tiempo del sexenio, el reacomodo de piezas también se lee como el compromiso de sacar al buey de la barranca y alinear los planetas… y desde luego como estrategia para afinar la maquinaria de cara a la sucesión presidencial.

Desde ahora, súmese a Aurelio Nuño al frente de la Secretaría de Educación Pública, posición clave en la agenda del régimen, a José Antonio Meade en la Secretaría de Desarrollo Social y a José Calzada en Agricultura. Nuño goza de lugar privilegiado en el corazón presidencial.


Meade
– el único cardenal que ha cruzado el pantano sin manchar su plumaje– conserva una magnífica imagen pública que puede crecer más como responsable del combate a la pobreza en tiempos de cólera económico; es una señal que la política social será una de las más importantes para los próximos tres años del gobierno de Enrique Peña Nieto. El arribo del queretano  Calzada también es señal política, pese a la reciente derrota electoral del PRI en aquella entidad.


A otro nivel leemos el enroque de Rosario Robles, enviada a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano como la reiteración de un mensaje de equilibrio por la participación de una funcionaria progresista en el gabinete peñanietista.

Ningún sobresalto provoca la llegada del Enrique De la Madrid a Turismo y Rafael Pacchiano –del Partido Verde– a Medio Ambiente; esposo de Alejandra Lagunes, poderosa responsable de redes sociales en Los Pinos.

Claudia Ruiz Massieu Salinas llega a la cancillería con una misión muy clara: recomponer la imagen del país en el exterior, como lo hizo desde la Secretaría de Turismo con la marca “México”. El nombramiento de Ruiz Massieu ha causado sorpresa e inquietud en el Servicio Exterior. En voz baja se comenta en los pasillos de la SRE que el nombramiento de Claudia Ruiz Massieu le baja el nivel a la Cancillería.

Jesús Murillo Karam y Enrique Martínez y Martínez desaparecen momentáneamente de la escena política.  ¿Podrían integrarse a cargos de alto nivel en el PRI? No creo.

Salvo una catástrofe, con estos “guapos” y “guapas” notables se la llevará Peña Nieto hasta el momento del “destape”… y afianzar el final de su mandato. Los cambios en diez de las 24 posiciones del gabinete legal mandan una señal que el Presidente de la República está dispuesto a cambiar; que hay cosas que si no se están mal las se pueden hacer mejor… sin embargo, la verdad es que muchos esperan poco de esta renovación en la cual quedan intocados los ministerios mayores donde se gestan los conflictos definitivos (seguridad y devaluación): nada en Hacienda, nada en Gobernación. La política interior y el dinero siguen en las mismas manos.

¿Usted, qué opina?

EL MONJE LOCO: A Monte Alejandro Rubido no lo despidió el Presidente, se fue por el túnel de El Chapo; Emilio Chuayffet por el túnel de la mala salud; Juan José Guerra Abud, por un túnel trasatlántico que termina en Roma y lo llevara a comer pizza, caneloni y tortellini.

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José Cárdenas

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