Del palacio de gobierno a la cárcel… Esa es la ruta que han seguido varios políticos mexicanos que tuvieron el cargo de mandatarios estatales y, también, problemas con la ley.
El más reciente caso es el de Luis Armando Reynoso Femat, exgobernador de Aguascalientes, quien fue detenido este jueves por autoridades federales por presunta defraudación fiscal.
Reynoso Femat, sin embargo, tiene la posibilidad de salir bajo fianza dado que es acusado de un delito no grave. De conseguirlo, sería la segunda vez que lo hace, puesto que recientemente fue acusado de peculado pero logró seguir su proceso en libertad.
A él se suman otros políticos de diferentes partidos que no pudieron impedir pasar meses o incluso años en la cárcel.
Andrés Granier Melo
La Procuraduría General de la República (PGR) acusó al exgobernador de Tabasco (2007-2012), del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por una presunta evasión de 2 millones 156,000 pesos.
En 2014, se le dictó formal prisión por el delito de defraudación fiscal, así como por operaciones con recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero.
En una ocasión, cuando asistió a una fiesta y ya «pasado de copas», dijo que tenía propiedades en Estados Unidos y México, y un guardarropa con hasta 400 pares de zapatos y 1,000 camisas, según un audio difundido por una estación de radio en Villahermosa.
Jesús Reyna García
Terminó en prisión el año pasado y sigue ahí, por una acusación de involucramiento con integrantes del crimen organizado y delitos contra la salud, al desempeñarse como secretario de Gobierno en Michoacán y después convertirse en mandatario estatal interino (2013-2014), ante los problemas de salud de Fausto Vallejo.
Figuras como la senadora panista Luisa María Calderón y el líder de autodefensas de Tepalcatepec, José Manuel Mireles, acusaron al exdiputado federal priista de tener nexos con el grupo criminal de Los Caballeros Templarios en territorio michoacano.