Diario de un Reportero/Ramsés Ancira
¿Quién le gusta más para presidente? El racista que cree que todos los mexicanos son narcotraficantes y violadores; o el hijo del hombre que dirigía la CIA y autorizó que hicieran estallar un avión matando a docenas de civiles inocentes. O tal vez la señora en cuya gestión se fortaleció el Ejército Islámico hasta alcanzar dominio sobre un territorio equivalente al de Gran Bretaña, sólo que ocupando a sangre y Corán pervertido lo que hoy conocemos como Irak y Siria.
Vamos a suponer que hoy reconocemos la doctrina Monroe, aceptamos que América es para los Americanos, en el sentido que se le da en el país oficialmente llamado Estados Unidos de América, y mexicanos, venezolanos y nicaragüenses, todos los mayores de 18 años desde las cataratas del Niágara hasta la Patagonia podemos elegir al presidente cuyas siglas en inglés son USA.
Listos. ¿Vemos el menú?
El primer platillo es copete de cola de pato a la Donald Trump.
El personaje del Pato Donald de don Walter Elías Disney, no es precisamente conocido por su inteligencia y sagacidad. Tiene un Tío Rico del cual no sabemos su nombre pero tal vez también se podría llamar Donald, y si los personajes de las historietas tuvieran apellido, podría apellidarse Trump. Bueno, no necesitamos especular, sabemos de cierto que Donald Trump tiene una fortuna suficientemente espectacular (5 mil millones de dólares) como para bañarse con monedas de oro, diversión favorita del Tío de la historieta, si se lo propone.
Donald (Trump, no el pato) es un ejemplo de éxito del American Way of Life. Hizo sus primeros millones de dólares con la inversión en bienes raíces en la zona geográfica de mayor plusvalía en el planeta, Nueva York; pero donde realmente despegó a la categoría de supermillonario fue con un negocio en el que generalmente todos pierden, menos los dueños, casinos, en Atlantic City.
México, Panamá, Brasil y el Caribe son algunos de los países que representan fuentes de ingresos para Trump, sobre todo por la edificación de hoteles que, al menos en el caso de México, se supone que no deberían ser construidos por extranjeros, aunque encontrar prestanombres nunca ha sido un problema. Otra, es el concurso Miss Universo que sin la participación de bellezas latinas no valdría dos cacahuates.
Una regla de la mercadotecnia electoral es, si no tienes un enemigo, búscalo. Trump empezó por cuestionar que un director de cine mexicano, Alejandro Gonzáles Iñarritu arrasara con los premios Oscar a principios del 2015. Y Trump vio que era bueno, porque así hablaban de él. Entonces, cuando anuncia su campaña para obtener la nominación del partido republicano de Estados Unidos, se desborda y caracteriza a los mexicanos como violadores y traficantes de drogas.
Esto nos da paso al siguiente platillo de la carta, costillitas sangrantes a la barbecue.
George H.W. Bush no fue mucho tiempo presidente de la CIA, sólo de enero de 1976 a enero de 1977. El seis de octubre de 1976 el agente de la CÍA, Luis Posada Carriles hace estallar en pleno vuelo el avión de Cubana, identificado como Vuelo 455. El propio FBI, la agencia federal de investigación de Estados Unidos, desclasificó documentos que daban por bueno quien fue el autor intelectual de este atentado, un subordinado de G.H.W. BUSH.
El mismo personaje era vicepresidente de los Estados Unidos, cuando la CIA liberó el mercado negro de drogas, a cambio de recursos para comprar armas, que fueron enviadas a los contrarrevolucionarios en Nicaragua.
De esto escribió Gary Webb, un periodista que además de denunciar a Carriles probó que el mejor mercado que pudo encontrar la CIA para las drogas fue el de los barrios negros en el sur de Estados Unidos. Webb inspiró la película Maten al Mensajero. Se “suicidó” de dos balazos calibre 38 en la cabeza…de un revolver…es decir que jaló el gatillo por segunda vez luego de que una primera bala ya le había desparramado los sesos.
Casualmente George Herbert Walker Bush también era vicepresidente de los Estados Unidos cuando asesinaron a Manuel Buendía, autor de la CIA en México. Tal vez la droga con la que se financió a la contra nicaraguense no solo era iraní. Tal vez eso lo sabía el agente de la DEA Enrique Camarena Salazar pero no nos lo contó porque lo mataron. Entonces se dijo que lo hizo Rafael Caro Quintero, hoy es más probable que lo haya hecho la propia Central de Inteligencia Americana
Lo que sí sabemos es que Carlos Salinas de Gortari es buen amigo de la familia Bush, tanto que Columba, la esposa de Jeb Bush vino a su toma de posesión. Sí, el mismo Jeb Bush que también es precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, hijo de G.H.W. Bush y hermano de G.W.Bush.
Lo bueno es que Estados Unidos tiene la mejor democracia del mundo, porque si llegaran tres Bush a la presidencia, alguien podría sospechar que tal vez en realidad se trate de una nueva modalidad de la monarquía. Bueno, en Texas gustan de las costillitas bañadas con una salsa de color sanguinolento llamada “BBQ”, en Florida, también. Pasemos a la tercer recomendación del chef, en el menú electoral de los Estados Unidos
Hillary Clinton es oriunda de Chicago. Es autora de programas relevantes de seguridad social. Como senadora apoyó la guerra contra Iraq, aunque luego se opuso a ella. Nada más que la señora también fue un factor crucial para apoyar la intervención militar en Libia y el debilitamiento del régimen laico del presidente Bashar en Siria, factores que enriquecieron a una cosa espantosa que se llama ISIS o Ejército Islámico, en cuyo haber figuran los genocidios más espantosos en la historia contemporánea de la humanidad desde que el PRI ordenó acribillar en México a señoritas estudiantes, el 10 de junio de 1971, en la Escuela Normal de Maestros, sacar a los sobrevivientes del Rubén Leñero y quemar los cuerpos quien sabe dónde.
Así que electora de Venezuela; señor de México o sobreviviente Nicaraguense: Hoy tiene en su boleta a Donald Trump, Jeb Bush y Hillary Clinton ¿por cuál vota?