He sufrido mucho porque yo amo a mi presidente, yo pienso que él no se ha ido.
De luto no son 9 días, para un cubano, para alguien que se sienta revolucionario no son 9 días, es toda una vida, todo un siglo, una eternidad.
Para mí Dios es lo más grande, pero después de Dios está él.
Vamos a seguir luchando como él nos enseñó.
Yo pienso igual que Fidel, que lo llevo aquí y digo como siempre: Fidel, hasta la victoria siempre!.
Estos son testimonios de algunos de los cubanos que hacen fila en la Plaza de la Revolución de La Habana para rendir homenaje a Fidel Castro.
Fermín González se despertó temprano. En el trabajo le dieron medio día libre para que fuera a homenajear los restos de Fidel Castro. No vive tan lejos. Fue de los primeros en llegar.
Aun así, le tocó pasar detrás de todas las tribus de la Revolución: aquí van los viejos, ahora los estudiantes, bienvenidos los doctores.
En el mausoleo no se ve ninguna urna y a varios de los verdaderamente íntimos les confiaron que las cenizas de Fidel están resguardadas en un sitio más privado.
Pero los que se quieren despedir se forman para entrar al monumento a José Martí porque les han dicho que las cenizas ahí están y en esta tierra serán buenos para muchos deportes, pero no para el deporte de cuestionar.
Fermín, para pasar cinco segundos frente al altar del Comandante, hizo tres horas de fila. Nada que le asuste. Este es un país en donde se hacen horas de cola para comprar una tarjeta de teléfono, tomar un helado o simplemente conseguir qué comer.
Yo realmente, personalmente, hubiera querido conservar a Fidel, no cremarlo, dice Fermín.
Fermín está emocionado. Formó parte de uno de los batallones de Fidel: fue desde la adolescencia miembro del ejército de maestros que alfabetizaron el país e hicieron de la educación en Cuba una leyenda mundial. Hoy dijo presente, por última vez, en la Plaza de la Revolución.
A 50 minutos de ahí, en coche, en las afueras de La Habana, otro combatiente de Fidel lamenta no poder pasar revista.
Vicente Oviedo fue soldado, pero sin metáfora: soldado de los que dispararon cañones de artillería rusos para resistir la invasión de Estados Unidos en Bahía de Cochinos hace más de medio siglo, bajo las órdenes de Castro.
Yo los necesito a ustedes que se preparen en unas armas nuevas yo les voy a dar tres días, recuerda Vicente.
Pero luego le dio diabetes y cáncer. Está desahuciado. Le amputaron las piernas y no tiene cómo moverse con el resto de la tropa para cuadrarse una última vez ante su líder.
Cuba sigue en silencio. Si alguien pone música, el vecino lo calla. El sol amerita una Bucanero bien fría, pero nadie se atreve a beber alcohol, no se vaya a tomar como una falta de respeto.
Los mojitos con ron se sirven sólo en los hoteles y para los extranjeros y turistas que no se adhieren a los nueve días de luto nacional que decretó el gobierno. No son los únicos que no están de luto.
Hay un refugio de los opositores al régimen en La Habana. Aquí llegan cuando se sienten perseguidos. Aquí tienen sus reuniones semiclandestinas. Nos recibe su coordinador general.
Ha vivido en México, estudió en Estados Unidos, su padre luchó en el batallón del presidente Raúl Castro pero en el mismo año que triunfó la Revolución se decepcionó, así que a su hijo nunca le contó el cuento de hadas.
Hoy, Antonio Rodiles es una de las tres cabezas del frente opositor Foro por los Derechos y Libertades.
Muy muy difícil. Distinto, las dictaduras tradicionales latinoamericanos. Tenemos dos videocámaras, sabemos que hay micrófonos dentro de la casa, monitoreadas las llamadas telefónicas, personas que vienen a la casa para que den información. Se ejerce sobre el opositor y la familia, sean niños, ancianos. Presionan para doblegar a la oposición, golpiza, rompieron la nariz, lo metieron a un carro. Te pueden matar legalmente. Golpiza legalmente, mucha gente no lo entiende. En Cuba ha habido miles y miles de muertos fusilados legalmente.
– Hay quien dice que la oposición en Cuba no tiene base social. Los que se quedaron son fidelistas.
Habrá que ver el índice de salida del país. Todo el tiempo está saliendo. Es muy evidente el miedo y el terror que se vive aquí. Antes no te saludaban, la gente en la calle nos saluda y nos da muestras de afecto. Más del 85% de los cubanos están en contra del gobierno. Lo que tienen es terror de expresarlo, afirma Antonio.
Obama había entrado a un proceso en donde regalaba todo al régimen sin pedirle nada a cambio. Y ya Trump ya dijo que no. Inclusión de amigos cubano americanos. Las declaraciones que ha hecho. Todo eso, adicionando que Fidel Castro ya no está, que Raúl tiene 86 años. Sigue la dinastía tropical, el hijo Alejandro, el yerno con empresas extranjeras.
– ¿Son ustedes de los pocos latinos que ven a Trump con esperanza?
Sí, responde Antonio.
Quizá por eso tan pronto se apagó la salsa en La Habana, le subieron al volumen en la Calle 8 de Miami, afuera del restaurante Versailles, que seguramente desde el viernes ha servido más mojitos que de costumbre. Y esos sí con alcohol.
Fuente: Noticieros Televisa