Una de las compañías más reconocidas del mundo, con gran veneración en su país, la Ópera de Pekín, estará en México para ofrecer el 11 y 12 de agosto una de sus obras más admiradas, La leyenda de la serpiente blanca, en el Palacio de Bellas Artes.
En un comunicado, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) afirmó que apreciar a la agrupación “es una oportunidad única, ya que si bien se trata de una forma de arte de la que muchos han oído hablar, pocos han tenido la ocasión de disfrutar”.
Recordó que en sus espectáculos reúne teatro, danza, artes marciales y acrobacias, lo que la hace única en el mundo, cuyas enseñanzas se transmiten de maestros a alumnos, por lo que es considerada el ideal de la expresión estética de la sociedad china tradicional.
Recordó que en 2010 fue incluida en la lista de Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y las Cultura (UNESCO).
Recordó que La leyenda de la serpiente blanca narra la historia de amor del joven erudito “Xu Xian” y una hermosa mujer, quien en realidad es una milenaria serpiente blanca que ha tomado forma humana.
El monje “Fa Hai”, “envidioso de ese amor, construye una serie de obstáculos para separar a la pareja. Después de soportar muchas pruebas y tribulaciones, la serpiente blanca y ´Xu Xian´ finalmente se unen en matrimonio”, abundó.
A la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes llegarán los reconocidos actores Fu Jia, como la serpiente blanca; Zhang Bing, en el papel de “Xu Xian”, y Bai Weichen, quien será la serpiente verde, expuso el INBA.
La Ópera de Pekín tiene detrás casi 200 años de trayectoria, mientras este género nació en 1790, “cuando varias compañías de las provincias de Anhui y Hubei llegaron a la capital para hacer representaciones con motivo del 80 aniversario del emperador”, abundó.
Con el paso de los años nutrió su estilo artístico con la incorporación de nuevas expresiones, y si bien en un inicio se impidió la participación de las mujeres dentro de la compañía para 1870 se permitió que incursionaran en los espectáculos de la compañía, explicó.
Aclaró que “contrario a lo que se piensa, este género nunca ha sido una forma de arte exclusivo, ya que desde el principio lo apreciaron tanto la corte imperial como el propio pueblo, con lo que se generó una amplia audiencia de todos los estratos sociales”.
Fuente: La Jornada