Carlos Urdiales
Sobre la marcha
En exactamente una semana la administración de Claudia Sheinbaum cumplirá un mes en el poder. El encargo obliga a la Presidenta, a su equipo y Gabinete, a emprender cientos de acciones ejecutivas sin pausa, y políticamente a marcar su impronta, a construir su personal estilo de gobernar.
La aduana simbólica para revisar los pasos del nuevo sexenio es, por tradición, los cien primeros días. Pero a tres semanas y particularmente en el área de Comunicación de Palacio Nacional, se perciben formas consistentes con el talante de la mandataria. Mejores sin dudar.
Sobriedad en el trato y en el accionar de la narrativa oficial. La consigna ideológica, coreada por genuflexiones circenses de penosamente celebres pregoneros 4T, ya no es más la marca en las nuevas mañaneras.
El diálogo con medios y periodistas renace a través de canales institucionales, transparentes y sanos. La pluralidad de voces que la discusión pública requiere ocurre porque se dejó atrás la propaganda oficialista, que señalaba sesgos informativos, pero adentro imponía una mordaza para que nadie más que AMLO pregonara, impusiera su retórica.
Por lo visto, ahora hay un lógica de promover más razones que consignas. Consistencia en el mensaje y perspectiva del gobierno, pero articulado por actores con peso específico propio, con los cuales se podrá o no coincidir, pero al menos se rompe el autoritarismo del discurso simplista sin debate ni reflexión.
Los patiños de las viejas mañaneras encontraron presupuesto y cobijo en otros enclaves morenistas, en trincheras ultras como las hay en el Congreso y alguna que otra instancia del Ejecutivo.
Como sea, la buena noticia es que sus matracas ya no protagonizan el necesario ejercicio de la comunicación social de la Presidencia. Por el bien de todos, que los primeros cien días de la administración
Sheinbaum permita la construcción de agendas y realidades que no deban echar mano de la estridencia y el folclor utilitario, en ese mal llamado diálogo circular sobre el cual se cimentó exitosamente aquel primer piso de la 4T.
Acámbaro y Jerécuaro
Ayer, Guanajuato fue víctima de un tipo específico de violencia que establece un antes y un después en al amplio catálogo de expresiones de violencia y terrorismo en el País.
El estallido de dos autos preparados con explosivos en estos municipios próximos a la colindancia con Michoacán tuvo por primeros destinatarios a elementos policiacos.
Autos bomba los padecimos en Ciudad Victoria, Tamaulipas en 2010. En esos hechos los blancos fueron una comandancia municipal y las instalaciones de Televisa que provocó la suspensión de transmisiones del canal 26.
Habrá que insistir en que sin seguridad no puede haber un segundo piso de transformación, porque ese fue el gran pendiente del anterior gobierno. Las disputas territoriales de los colectivos criminales no pueden seguir ensanchando sus escenarios.
Periodista, director de Emisoras Habladas en Radiópolis.