La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, advirtió este lunes que no se descarta aplicar aranceles recíprocos a Estados Unidos, aunque aclaró que su gobierno prioriza el diálogo antes de tomar cualquier medida que afecte el comercio bilateral. La declaración se dio en el contexto de la creciente guerra comercial impulsada por Washington, que inició la semana pasada con nuevos gravámenes a múltiples países.
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“En la medida de lo posible queremos evitar imponer aranceles, pero no los descartamos”, expresó Sheinbaum, quien subrayó que el objetivo es proteger a la industria nacional sin generar impactos en los precios internos. Actualmente, los sectores siderúrgico y automotriz ya enfrentan tarifas impuestas por el gobierno de Donald Trump, fuera del marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Aunque el 50 % de las exportaciones mexicanas están cubiertas por el T-MEC —lo que las excluye de estos aranceles— el resto de los productos, en especial acero y aluminio, sí se ven afectados por decretos anteriores emitidos por la administración estadounidense.
México, cuyo 80 % de exportaciones tienen como destino Estados Unidos, es uno de los países más expuestos a estas medidas. Por ello, el gobierno está evaluando una migración acelerada de empresas al régimen del T-MEC para minimizar los efectos negativos.
Sheinbaum remarcó que “el objetivo es llegar a un acuerdo previo con Estados Unidos” que evite un escalamiento comercial que pudiera impactar directamente al consumidor mexicano.