El jueves, el Papa Francisco visitó la Basílica de San Pedro para comprobar el avance de la restauraciónde dos monumentos funerarios, los de los Papas Pablo III y Urbano VIII, cuyas obras se presentarán mañana.
Antes de dirigirse a la tumba de Pío X ante la que se reunió en oración, el Papa, que vestía pantalón y poncho y no su habitual traje blanco, se reunió con dos restauradores que se encontraban en el lugar para realizar los últimos retoques, se hizo llamar por la gendarmería vaticana y les dio las gracias en persona.
El Papa está convaleciente tras una larga estancia en la policlínica Gemelli a causa de una neumonía bilateral. No obstante, el miércoles se reunió con la realeza británica, de visita en Roma, durante una entrevista no programada, y el domingo anterior apareció en la plaza de San Pedro al término de la misa por el Jubileo de los enfermos y el mundo de la salud.
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