Los líderes de la Unión Europea (UE) iniciaron este lunes una cumbre en Bruselas, originalmente centrada en temas de defensa y seguridad, pero las recientes decisiones comerciales de Estados Unidos obligaron a que la atención se desviara a la creciente tensión económica con Washington.
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El sábado, el presidente Donald Trump impuso aranceles del 25% a productos de Canadá y México, además de un 10% a productos chinos, lo que encendió las alarmas en Europa ante la posibilidad de que el bloque también sea afectado por medidas similares.
El domingo, la UE manifestó su rechazo a las acciones de Trump y advirtió que, de ser necesario, responderá con firmeza. “Si somos atacados en temas comerciales, Europa, como una potencia firme, tendrá que hacerse respetar y reaccionar”, declaró el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a su llegada a la cumbre.
En la misma línea, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, calificó las guerras comerciales como “innecesarias y estúpidas”, aunque pidió a sus colegas europeos actuar con “sentido común” para evitar una escalada.
Por su parte, el canciller alemán Olaf Scholz subrayó que un enfrentamiento arancelario perjudicaría tanto a Europa como a Estados Unidos. “Si una política arancelaria complica el intercambio de bienes y servicios, será malo para ambas partes”, señaló, agregando que la UE tiene la capacidad de responder con medidas similares si fuera necesario.
Defensa: un tema clave en la cumbre
A pesar de la disputa comercial, la agenda inicial de la cumbre sigue en pie. Se trata del primer encuentro entre los líderes europeos desde el regreso de Trump a la Casa Blanca y el primero dedicado exclusivamente a defensa.
El encuentro cuenta con la participación del secretario general de la OTAN y el primer ministro británico, Keir Starmer, en un intento por reforzar la cooperación militar tras el Brexit.
Desde la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, los países europeos han aumentado su gasto en defensa, pero Trump ha insistido en que aún no es suficiente. El presidente estadounidense ha presionado a los miembros de la OTAN para que incrementen su inversión militar al 5% del PIB, una meta que pocos países podrían alcanzar.
Además, preocupa que Trump pueda marginar a Europa en futuras negociaciones con Rusia sobre la guerra en Ucrania o que busque imponer concesiones a Kiev sin el respaldo de la UE.
Otro punto de fricción es la presión de Estados Unidos sobre Dinamarca para obtener mayor control sobre Groenlandia, lo que ha generado inquietud entre los líderes europeos sobre la expansión de las exigencias de Trump.
Financiamiento de la defensa europea
Uno de los mayores retos de la cumbre es determinar cómo financiar el aumento del gasto militar en el bloque. Mientras algunos países proponen usar fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para fortalecer la industria de defensa, otros consideran la posibilidad de una deuda conjunta de la UE.
Otro debate clave es si las futuras adquisiciones militares deben hacerse dentro del bloque o si se permitirá la compra de armamento fuera de la UE.
La presencia del primer ministro británico es significativa, ya que Reino Unido y la UE buscan avanzar en un acuerdo de seguridad que podría acercar la poderosa industria militar británica al bloque europeo.