Diego Fernández de Cevallos en su bitácora de la resistencia, comentó que la iniciativa presidencial para reformar al poder judicial de la federación es perversa y solo puede ser aplaudida y aprobada por el oficialismo en el poder legislativo, crimen organizado y por esa parte de la población ignorante que ha sido engañada y sometida. Todos los conocedores del derecho que no están ungidos al carro oficial han expresado su rechazo a esa reforma por considerarla aberrante y perniciosa, porque conducirá a la concentración del poder de la república en una presidencia imperial destruyendo la división de poderes y negando la impartición de justicia imparcial.
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Desafortunadamente, el manejo del lenguaje aberrante del «tumbapatos de Macuspana» permeo en la mayoría de los votantes, pero también la apatía de los que no acudieron para hacer valer su derecho, influyó demasiado en lo que espero no sea el retorno de los peores tiempos del «Priato»