Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, consideró que la ley electoral está plagada de restricciones absurdas lo cual ha provocado que se viva una competencia electoral llena de trivialidades, abusos y simulaciones con el agravante de que esta ley no dota a las autoridades electorales de los medios adecuados para hacer vales eficazmente sus determinaciones.