Carlos Marín, los demonios andan sueltos, explicó que, con la renuncia de Alejandro Encinas, exsubsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, en el caso Ayotzinapa, deja un tiradero de acusaciones, persecuciones, encarcelamientos e insidias carentes de sustento en agravio de exservidores públicos y militares. Encinas no puede ignorar que en ninguna de las movilizaciones de estudiantes de Ayotzinapa intervino el Ejército por la sencilla razón de que se lo impedían la Constitución y las leyes.