La presentación de su querella en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación significa sencillamente el paso más importante en la carrera política reciente de Marcelo Ebrard, quien con esa acción judicial ha detenido el entusiasmo –y otras cosas festivas—de la candidata designada para continuar con el movimiento obradorista.
En tanto el proceso interno impugnado por Marcelo Ebrard no es, jurídicamente, una candidatura sino una designación para encabezar los imaginarios comités para la defensa de la IV-T (subterfugio para enmascarar la candidatura), el asunto mantiene su naturaleza de querella interna en el curso de la cual un militante se inconforma por el atropello a sus derechos políticos.
Sin embargo, en los hechos, es una ruptura irremediable, excepto si el tribunal ordenara la reposición de las encuestas cuya mala factura fue denunciada por Marcelo Ebrard, quien por esa razón dice en su querella:
“…Marcelo Luis Ebrard Casaubón, por mi propio derecho y en mi calidad de militante del Partido Político MORENA, personalidad que acredito con la copia de la credencial para votar expedida a mi favor por el Instituto Nacional Electoral, y la copia certificada de mi credencial de militante de Morena…”
Esa es la explicación de por qué Ebrard no ha querido renunciar al partido. La lucha interna resulta más efectiva.
La demanda tiene un apartado llamado PETITORIOS, y en él, dice:
“PRIMERO. Se me tenga compareciendo a demandar Juicio para la Protección de Derechos Político-Electorales del Ciudadano.
“SEGUNDO. Tener por ofrecidas las pruebas que se precisan en el capítulo correspondiente, pidiendo se ordene su admisión.
“TERCERO. Se ordene a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, admita la demanda de nulidad y posterior reposición del proceso interno de Morenas para la elección de la Coordinación de Defensa de la Transformación presentado por el suscrito el diez de septiembre del presente año por las razones y pruebas aportadas a lo largo del presente escrito.”
Esa larga argumentación se sintetiza en estos otros puntos:
“La participación de la Comisión de Encuestas de Morena a favor de Claudia Sheinbaum Pardo en el proceso; la intervención de la Secretaría de Bienestar y de Funcionarios Públicos; el conocimiento previo de secciones a encuestar por parte del equipo de Claudia Sheinbaum Pardo; la existencia de una cadena de custodia comprometida y otras irregularidades” ya conocidas desde la victoria de la favorita del Palacio.
Su ruptura real con el Movimiento de Regeneración Nacional y por consecuencia con Andrés Manuel López Obrador y su heredera, significa varias cosas.
La primera y más importante, el desconocimiento interno—así sea de un grupo pequeño–, del traslado del mando partidario y todas las consecuencias derivadas de ese montaje.
La segunda, el gran significado individual de un hombre acostumbrado a actuar como segundo, así haya sido -desde el inicio de su carrera en el DDF–; como sombra detrás del mandón hasta cuando era jefe de Gobierno, siempre actuó como subordinado.
El caso de Juanito, por ejemplo, es una muestra de ello.
Él fue quien designó a Clara Brugada jefa delegacional en Iztapalapa y también quién le torció la mano a Juanito para soltar el cargo logrado por el truco de Andrés Manuel al saltar de modo fraudulento una decisión limitante del tribunal electoral.
GENIAL
Se reúne José Ángel Gurría con los integrantes de la Academia Mexicana de la Comunicación y analiza la situación de México. En su voz y experiencia sobran datos, cifras, comparaciones. De pronto habla de la fracasada promesa de un Sistema de Salud como el de Dinamarca para fines de este año
–Nunca lo vamos a tener, entre otras cosas porque Dinamarca tiene impuestos equivalentes a la mitad de su PIB. Nosotros no:
Y agrega:
“–Ya quisiéramos siquiera un sistema de Salud como el de Costa Rica. Bueno, ya quisiéramos un sistema de Salud.
Así, a secas.
Rafael Cardona