Corea del Sur ha dado su respuesta tras detectar un gran despliegue aéreo norcoreano. Ha movilizado gran parte de su fuerza aérea.
En los dos últimos días el régimen de Pyongang ha lanzado una treintena de misiles para responder a las maniobras aéreas de Seúl y Washington.
El portavoz del Estado Mayor Conjunto del ejército surcoreano, Kim Jun-rak, pidió el fin de lo que calificó de «provocaciones«:«Es una grave provocación que pone en peligro la paz y la estabilidad en la península de Corea y en la comunidad internacional, y una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo condenamos enérgicamente e instamos a detener las provocaciones de inmediato».
Las escalada va a continuar porque en represalia por estos lanzamientos los aliados han anunciado que los ejercicios, que involucran a unos 240 aviónes y que debían concluir este viernes, se prolongarán al sábado.
La tensión en la península coreana alcanza cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar la que sería desde 2017 su primera prueba nuclear.
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