Mónica Uribe, doctora en historia, analista política y especialista en temas religiosos, en entrevista con Primitivo Olvera, expresó que la conmoción que ha provocado en el mundo la muerte del papa Francisco demuestra, una vez más, el peso moral y sentimental que sigue teniendo la Iglesia Católica, pese al evidente proceso de secularización que vive el mundo desde hace décadas. Francisco deja un importante legado moral a la humanidad, pero también una Iglesia en la que hay tensiones y luchas de poder que ahora se intensificarán en torno al cónclave para elegir a su sucesor. El próximo Papa tendrá que hacer frente a problemas internos de primera magnitud, así como a un mundo complicado y enrarecido en el que su magisterio moral será fundamental. Cohesionar a la Iglesia y ayudar a pacificar el mundo. He ahí el reto del nuevo Papa.