Juan María Naveja
Con un abrazo fraterno para el maestro Pepe Fonseca.
El gobierno no está para ahorrar, su tarea es administrar y hacerlo bien, si así lo hace la austeridad es una consecuencia, si por el contrario construye obras que rebasan al doble o triple de lo presupuestado, si cancela proyectos y el país debe indemnizar, si deja de dar mantenimiento a las instalaciones y equipos, simplemente es un pésimo gobierno.
Seguimos a la espera de que el presidente explique en qué y dónde se han logrado los ahorros de su gobierno que pasaron de los 500 mil millones prometidos en campaña a los dos billones de ayer, porque tampoco se ven en los gastos destinados a la presidencia; sí, se conocen el sueldo y las prestaciones, pero ni idea tenemos de lo que significan alimentos, el equivalente a la renta del palacio que habita, servicios personales, guardarropa, escoltas, entre otros.
Tampoco sabemos cuánto le cuestan al país las tres horas de propaganda y promoción personal en el programa de variedades en el que igual dedica canciones, ataca a sus enemigos, a los que llama adversarios, descalifica críticos o se lanza contra gobiernos, legisladores o diplomáticos de otros países.
¿Tiene algo de constructivo que el mandatario ataque y vuelva a atacar analistas como ocurrió con el publicista Carlos Alazraki, un judío al que equiparó con Hitler y se la refrescó esta semana?
¿Le sirve al país que el presidente funja de DJ atacando a Estados Unidos al ritmo de ChicoChe? ¿Dedicando canciones románticas de Armando Manzanero, Juan Gabriel, Celso Piña o llevando a su espectáculo matutino a su amiga Eugenia León o al cantautor cubano Amaury Pérez para que se despachara con una plegaria a la virgen de la Caridad del Cobre en el marco de un estado laico?
López Obrador está en todo su derecho de organizar sus tertulias pero para todo hay tiempo, a su “némesis” Felipe Calderón también lo seduce la bohemia, incluso a los dos les encanta la trova cubana, pero el Unicornio Azul se quedó en la intimidad de los festejos del michoacano.
¿Quién fijó y con qué criterios el sueldo del presidente? ¿El remedo de comediante que cobra como Procurador del Consumidor que presentó la clasificación el lunes pasado se irá así nomás sin sanciones tras mentir, difamar y violar la confidencialidad de los ingresos de funcionarios de organismos autónomos?
Existe un tabulador en los tres poderes, pero también excepciones tratándose de cargos de alto riesgo como los titulares de seguridad. Las empresas del estado como los órganos autónomos se rigen con otros criterios, por eso se han aceptado los amparos de los funcionarios de estas áreas que ganan más que el presidente.
López Obrador presume una y otra vez las juntas diarias de madrugada en las que deben asistir los altos mandos de las fuerzas armadas y secretarios del gabinete ¿Aportan en la lucha contra la inseguridad? Parece que muy poco a juzgar por los resultados.
La tarea de gobierno es compleja, por supuesto que existen especialistas en recursos humanos y administración de diversas especialidades que puedan cuantificar y crear escalafones salariales, de hecho, hay áreas que tienen esa función.
Las tragedias y fallas en el aeropuerto Benito Juárez y el Metro capitalino son prueba del costo por la falta de mantenimiento, cortar fondos indispensables como el Fonden, correr personal necesario como el de Conagua en tiempos de sequía o dejar de comprar equipos de cómputo o actualizar el parque vehicular no son ahorros, son una pésima gestión; sin contar la eliminación de los refugios para mujeres que ha traído nefastas consecuencias
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