Juan María Naveja
Ya sintió frío, Andrés Manuel López Obrador y sus cercanos ocurrieron que gritar como mantra no estás solo es la mejor forma de darle calor. El Secretario de Gobernación despedazó la institucionalidad para arengar a los morenistas a gritarle al son de no estás solo.
¿Será que como el título de la novela de René Avilés Fabila ya deambula por los pasillos El gran solitario del palacio?
A juzgar por sus mañaneras el presidente tiene días en los que la agarra contra todo y contra todos, igual hace una isla de las Lomas de Chapultepec que advierte que en la alcaldía Benito Juárez le crecieron los que él considera sus adversarios.
Desconoce y descalifica algunas voces que lo acompañaron en las derrotas de 2006 y 2012, alarga la lista de quienes cree ocultaron su conservadurismo y muestran su verdadero rostro que, sostiene, siempre fueron neoliberales, ahí están activistas, artistas, creadores, periodistas, académicos, intelectuales; la lista se alarga al ritmo del paso de los días.
López Obrador está urgido de calor humano, por eso no ha escatimado recursos para promover la consulta de revocación de mandato, quiere gritarle al mundo que es uno de los mandatarios mejor calificados en el planeta, necesita argumentos para lo que sigue, irse o quedarse.
Todos los días se queja de los medios, insiste en la falacia de que solo Madero y él han sido tan criticados, refiere medios y un grupo de periodistas que, asegura, están en contra de su movimiento, los desconoce, algunos de ellos fueron clientes en los desayunos en la jefatura de gobierno del Distrito Federal o tertulianos en su departamento de Copìlco.
No estás solo le coreó Andrés Manuel en un par de mañaneras al subsecretario Hugo López Gatell, cuando las consecuencias de la pésima gestión de la pandemia colocaron a México en los primeros lugares de los países que peor reaccionaron a los embates del Covid-19.
Versiones periodísticas aseguran que los afectos del presidente han bajado hacia Claudia Sheinbaum, que ha valorado la posibilidad de retirar a Gerardo Esquivel del Banco de México, que analiza un relevo en la Fiscalía General de la República para quitar a Gertz Manero y promover a Arturo Saldívar. Pero son trascendidos que difícilmente serán confirmados.
Sería interesante saber lo que platicaron y decidieron López Obrador y Adán Augusto López Hernández, para que el secretario de gobernación hiciera pedazos la imagen que se ganó como buen negociador, porque nadie en su sano juicio creerá que usó el avión de la guardia nacional sin el permiso presidencial con el Comandante Rodríguez Bucio de chaperón para intervenir en mítines de Morena.
¿Será que después de pedir a todos los gobernadores morenistas que hicieran lo que fuese para llevar gente a las urnas el presidente le confió a su amigo que la revocación y la contrarreforma al sector eléctrico no iban por buen camino y que Adán Augusto se fue de gira promocional para colocar en el imaginario el eslogan no estás solo?
El presidente con frecuencia se muestra molesto, desafiante y hasta agresivo. Su talante en las mañaneras es variable.
Sus colaboradores le tienen miedo hasta para decirle que tiene abajo el cierre de la bragueta o que la corbata está chueca y lo dejan grabar así.
Ya veremos si la consulta del domingo le devuelve la sonrisa o si el grito NO ESTÁS SOLO debe intensificar los decibeles