Sobre La Marcha

Promiscuidad y estrategia políticas

Publicado por
José Cárdenas

Sobre la Marcha

Carlos Urdiales 

 

 

Fragorosa batalla política y retórica en pos de una reforma eléctrica que sepulte la anterior enmienda de apenas hace siete años. El Presidente López Obrador, como en toda obra de su cuarta transformación, encabeza la ofensiva.

No votar a favor de su iniciativa equivale, dijo, a traicionar la patria, es estar con el pueblo o con las empresas transnacionales que ocuparon la plaza vendida por neoliberales que, a más pericia académica, menos empatía con el pueblo tienen.

Del lado opositor la defensa retórica en contra de la reforma eléctrica adolece, de nuevo, de razonamientos simples y poderosos. Parece que, en efecto, mientras a más argumentos técnicos y ambientalistas, transnacionales y económicos recurren, menos impacto logran con la base de la pirámide.

“La electricidad era tuya y te la vamos a devolver”; “con la reforma eléctrica las tarifas de luz bajarán, pagaremos menos”. ¿Así o más efectivos los mensajes? ¿La votaría usted? ¿Entendemos más argumentos sobre la prevalencia de despacho, la red, las querellas dentro del T-MEC o la sustentabilidad ambiental? No lo creo y alguien lo sabe.

En plena batalla Morena y el Presidente incrustaron para sus opositores aristas negociables; conceptos menores en los que pueden ceder, hasta la fecha de aprobación está en presupuesto político, por eso irá luego del paquete económico; se trata de una negociación mayor que va a imponerse con guante de seda, con aroma de parlamento no sólo abierto, si no ahora, hasta dual, algo inédito.

Primero estresaron al bloque Va por México a tal punto que el coordinador de los panistas en San Lázaro, Jorge Romero, amenazó a los priistas, “o votan en contra de la reforma o se acaba la coalición”. Los pocos perredistas nivelaron la mesa, “vamos a negociar juntos”. Imaginarán que algo ganan aunque pierdan todo.

Al intempestivo “team back” de Va por México con sus patrocinadores, Gustavo de Hoyos y Claudio X. González, el Presidente López Obrador lo calificó de una absoluta promiscuidad política. Descarada renuncia a principios y valores en pos del “billullo”.

Una vez más, el hombre de Palacio Nacional gana la partida, la percepción está de su lado. Por ende la realidad política también. En su desesperada estrategia los antiAMLO abrieron un flanco para que el alfil rebelde del Presidente, el senador Ricardo Monreal, entrara en acción y llegó a componer la escenografía frente a la cual el PRI votará con Morena sin morir en el intento.

Los opositores más avispados reviran, la promiscuidad política es no poner en paz la casa de todos, no tocar intereses aliados con tal de avasallar en el Congreso, omitir conflictos laborales o arremeter en contra de migrantes caribeños y centroamericanos haciendo las veces de border patrol mexica. ¿Y?

En el tema de la reforma eléctrica la cancha se inclina a favor de Morena y su líder. Las conquistas opositoras se quieren pintar como un exitoso mecanismo democrático que evitará la imposición total desde el poder. ¿De verdad? Poco a poco, la contrarreforma avanza. Vendrán luego otras.

¿Culpa del Presidente? Astucia y olfato, sus galones como luchador social, no peca si aprovecha esas virtudes con plena convicción de estadista. La vergüenza por inoperante está del lado de la oposición que unida, es vencida.

No construye líneas discursivas penetrantes ni proyecta liderazgos del peso y talla de su popular némesis.

Ahora, Va por México dobla la apuesta al pretender derribar la consulta para revocación de mandato aprobada en septiembre. Fueron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en busca de una acción de inconstitucionalidad que descarrile la inminente y costosa (cinco mil millones de pesos) ratificación del Presidente.

Embate que, dice Luis Espinosa Cházaro, coordinador del PRD, demuestra la vitalidad de la alianza Va por México, su vigencia y cohesión. La esperanza de la triada opositora es que el criterio de una mayoría de ministros de la SCJN apoye su moción.

Sin embargo, el razonamiento de la Corte para modificar y aprobar la pregunta de la consulta encerró en sí misma el aval al ejercicio de democracia participativa, un bien social que seguramente va a tutelar.

Entre la promiscuidad ideológica de todos, la estrategia política que sigue sin toparse con adversarios creíbles y talentosos, es la del poder en turno

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José Cárdenas