El gobierno mexicano ha retrasado por más de dos años la aprobación de permisos de importación de maíz genéticamente modificado, contemplado en una planeada prohibición incluso para alimento de ganado, acusa Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
El líder de la agroindustria aseveró que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha dilatado el aval a 16 solicitudes de compras externas de organismos genéticamente modificados, entre los que están ocho para maíz.
“Es un tema que se viene cada vez haciéndose más grande”, afirmó Cortina. “¿Antes de esta administración? Por supuesto que no”, respondió a la pregunta de si los permisos se habían retrasado en el pasado.
La Cofepris no respondió a una solicitud de comentarios sobre lo dicho por Cortina, quien agregó que la lista de permisos postergados relacionados con “protección de cultivos” era de más de 700 productos o insumos agrícolas.
El dirigente dijo que el CNA seguirá combatiendo en tribunales un plan gubernamental para eliminar gradualmente el uso del maíz genéticamente modificado y el herbicida glifosato para el 2024, luego de un reciente revés para tratar de congelar la implementación de la medida, anunciada a finales de diciembre a través de un decreto presidencial.
Cortina consideró que “probablemente” la controversia termine dirimiéndose en la Suprema Corte.
“Lo estamos peleando en las cortes y lo estamos también peleando en diálogo con el Gobierno”, dijo y añadió que hay 17 recursos legales de diferentes empresas, entre ellas de la farmacéutica alemana Bayer, que produce glifosato, combatiendo la medida.
El plan persigue remplazar millones de toneladas de maíz amarillo genéticamente modificado que México importa en su gran mayoría de Estados Unidos, con nueva producción local para 2024, así como el glifosato, un químico muy utilizado en la agroindustria, pero que ambientalistas aseguran es cancerígeno.
Las importaciones de maíz transgénico representan más de un tercio de la demanda nacional del país y principalmente alimentan a la gran industria ganadera de México.
Cortina descartó que se pueda cumplir la meta de remplazar el maíz amarillo importado en el corto plazo. “Aunque quisiéramos importarlo de otro lado, no lo existe, transgénico o no transgénico. No hay esos volúmenes para que México pueda importar y mucho menos de la manera tan eficiente que hoy en día se tiene con Estados Unidos”, subrayó.
También contradijo la confirmación que el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo haber recibido de su homólogo mexicano acerca de que la prohibición no se aplicaría al maíz transgénico para alimento de ganado. Cortina dijo que la prohibición se empleará sin excepciones.
“Precisamente lo delicado de este tema es que se aplique para el alimento a ganado. Ahí es donde está la vasta mayoría de las 17 millones de toneladas que se importan”, destacó.
A inicios de año, el subsecretario mexicano de Agricultura y un arquitecto del decreto, Víctor Suárez, dijo que el maíz transgénico y el glifosato son demasiado peligrosos y que se debe priorizar la producción local y las prácticas “agroecológicas” sostenibles.
Cortina argumentó que décadas de investigación científica han demostrado que tanto el maíz transgénico como el glifosato son seguros y advirtió de un “daño enorme” a las relaciones comerciales con Estados Unidos si las posturas ideológicas prevalecen sobre la evidencia científica.
Mientras que el mayor consejo científico de México, el Conacyt, ha emitido una guía sobre cómo se reducirán las importaciones de glifosato este año, Cortina dice que no se ha proporcionado tal guía para el maíz transgénico. (REUTERS)