Desde la calle Doctor Lucio, Adriana Lemus escucha el sonido de los mazos que poco a poco van derribando las paredes que dieron forma a los departamentos de la Osa Mayor, entre ellos el 903, el lugar que por 13 años acogió a su familia.
Sentada bajo una carpa, la mujer observa cómo caen los pedazos de concreto que algún día fueron el techo de su hogar en la colonia Doctores de la Ciudad de México.
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Adriana comenta que muchos de sus vecinos ahora viven con familiares, mientras que otros rentan una casa cerca o lejos de ahí; sin embargo, lamenta que hay varios de ellos que además de cubrir una renta, continúan pagando una hipoteca, situación que les reduce su calidad de vida.
Lo que ahorita nos urge es ver qué va a pasar, si nos van a construir un nuevo edificio; hemos tenido muchos problemas con la delegación Cuauhtémoc; ahora que estamos tratado de obtener el certificado de damnificados y poder ver las opciones que tenemos para construir el edificio, en Seduvi nos piden la licencia de construcción del edifico, y esa está en la delegación pero no nos están dando ninguna facilidad, nos están cobrando los tramites”, acusa.
Después del sismo de septiembre, una comisión de vecinos se instaló frente al inmueble inhabitable, a fin de dar continuidad a la demolición y presionar a las autoridades con la reconstrucción, tarea que a su parecer va muy lenta.
DEMOLICIÓN E INCERTIDUMBRE
En la Ciudad de México continúa la demolición de los edificios que resultaron severamente afectados por el sismo del 19 de septiembre pasado, sin embargo, así como Adriana hay muchas familias que padecen las consecuencias de haber perdido sus viviendas.
Algunos de los edificios que quedaron inhabitables ya fueron demolidos, mientras que otros, a casi seis meses del sismo de septiembre, están en proceso y otros tantos aún no tienen un dictamen estructural, por lo que los vecinos siguen en la incertidumbre.
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El edificio número 67 ubicado en Viaducto Miguel Alemán y la calle Tonalá, en la colonia Roma Sur, cuelga una lona con el mensaje: “Inmueble en espera de dictamen oficial” y sólo ofrece números telefónicos y correos electrónicos para establecer contacto.
El inmueble está deshabitado, acordonado y en la calle de Tonalá un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina que lo resguarda, reitera que todavía no tiene dictamen estructural.
No se sabe si lo van a demoler o a reparar”, apunta mientras permanece sestando frente a este edifico que presenta paredes casi totalmente desprendidas, así como muros, trabes y columnas fracturadas.
El oficial señala que hay vigilancia permanente por parte de su corporación, así como de los “azules” (Protección Civil), a fin de evitar que ingresen a robar las pertenencias de los damnificados.
Fuente: Excélsior