El Senado de Estados Unidos aprobó una reforma fiscal de casi 1.5 billones de dólares tras frenéticos regateos de última hora.
La votación dejó al Partido Republicano, que lleva todo el año esperando un triunfo legislativo, mucho más cerca de entregar al Presidente Donald Trump una de sus máximas prioridades como regalo de Navidad.
«Las leyes grandes rara vez son populares. ¿Recuerdan lo impopular que era el Obamacare cuando se aprobó?», dijo el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, en una entrevista.
El Senador republicano por Kentucky restó importancia a los sondeos sobre el escaso entusiasmo del público por la medida.
La norma, señaló, demostrará ser «justo lo que necesita el país para empezar a crecer de nuevo».
La propuesta se aprobó por 51 votos a favor y 49 en contra, prácticamente la división por partidos de la Cámara.
Ningún demócrata votó a favor del texto, elaborado a puerta cerrada por los líderes republicanos del Senado.
El Senador por Tennessee Bob Corker, que ha descrito la creciente deuda como una amenaza para la seguridad nacional, se sumó a los demócratas al oponerse a la reforma.
El texto, la mayor reforma del sistema tributario estadounidense desde 1986, asigna la mayor parte de sus exenciones fiscales a empresas y personas de altos ingresos y ofrece un alivio fiscal más modesto a otros.
Los republicanos defendieron el paquete como algo que beneficiará a gente en toda la gama de ingresos y que reactivará la economía.
Ni siquiera una estimación oficial de un déficit presupuestario adicional de un billón de dólares en 10 años pudo disuadir a los Senadores republicanos de apoyar la norma.
«Obviamente soy una especie de dinosaurio en cuestiones fiscales», comentó Corker, que luchó por impedir que la norma empeorase la deuda acumulada de 20 billones de dólares de Estados Unidos.
La Cámara de Representantes aprobó una medida similar el mes pasado en lo que ha sido un paso espectacularmente rápido por el Congreso para una legislación que compleja que afecta a toda la sociedad estadounidense.
Ahora las dos cámaras intentarán alcanzar un compromiso final que enviar a Trump.
Tras pasar los primeros nueve meses del año intentando sin éxito revocar la reforma sanitaria del ex Presidente Barack Obama, los líderes republicanos estaban decididos a mover la norma deprisa antes de que la Oposición demócrata y los grupos de presión pudieran desbaratarla.
El partido ve la aprobación de la medida como algo crucial para conservar sus mayorías en ambas cámaras federales en las elecciones del año que viene.
Los demócratas describieron la propuesta como un regalo del Partido Republicano a sus empresas y personas aliadas a costa de las personas con menos ingresos.
Compararon la reducción permanente en los impuestos a las empresas, del 35 al 20%, con rebajas fiscales más pequeñas para los particulares que terminarían en 2026.
El Comité Conjunto sobre Impuestos, un organismo no partisano del Congreso, ha dicho que las bajadas de impuestos para muchas familias serán modestas y que para 2027, las familias que ganen menos de 75,000 dólares pagarán de media impuestos más altos, no más bajos.
La ley está «alejada de la realidad de lo que necesita el pueblo estadounidense», afirmó el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York.
Trump celebró la aprobación del proyecto en Twitter, dando las gracias a McConnell y al presidente del Comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch, republicano por Utah.
«¡Deseando firmar una ley definitiva antes de Navidad!», escribió el Mandatario.
«La mayor Ley Impositiva y Rebaja Fiscal acaba de ser aprobada en el Senado. Ahora estos grandes republicanos irán a por el último trámite. ¡Gracias a los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado por su duro trabajo y compromiso!».
La propuesta presentada en la Cámara baja ya fue aprobada el pasado 16 de noviembre, por lo que ahora ya sólo queda esperar que ambas versiones sean unificadas en un proyecto común definitivo.
Fuente: Reforma