El presidente Donald Trump revirtió una de sus decisiones de esta semana y anunció que mantiene en vigencia, hasta nuevo aviso, la prohibición para importar trofeos de elefantes cazados a Estados Unidos.
«Pongo en espera la gran decisión de los trofeos hasta que haya revisado todos los elementos de conservación», escribió el presidente en su cuenta de Twitter tras las críticas de representantes de organizaciones de conservación consternados por el hecho de que los colmillos de esta especie sean vistos como trofeos.
En junio de 2016, el mandatario había anunciado la prohibición «casi total» del comercio de colmillos de miles de elefantes que son cazados en África cada año. Eso implicaba que solo se permitiría la venta de objetos como armas o instrumentos musicales siempre que tuvieran menos de 200 gramos de marfil.
Pero recién el miércoles Trump anunció que se permitiría la importación al país siempre que el marfil proviniera de animales legalmente cazados en Zimbabue y Zambia.
El cambio en la regla aplicaba incluso a aquellos elefantes que habían sido fusilados en Zimbabue a partir de enero de 2016 y a los cazados con una autorización antes del final del próximo año.
Los elefantes africanos están en riesgo de extinción por el aumento de su cacería, ya sea como deporte o para sacar provecho de sus colmillos. Según el primer Censo del Gran Elefante realizado en 2016 y que analizaba datos de los últimos siete años en 18 países, en África mueren 96 elefantes al día. A ese paso, el fin de la especie en el continente se estima que ocurrirá en los próximos 10 años.
Según cifras estimadas retomadas en el estudio, antes de la colonización europea había más de 20 millones de elefantes en África, de los que quedaron solo un millón en los años 70. La ola de caza ilegal disparada en los 70 y 80 redujo dramáticamente la población de esta especie. Para 1989 había unos 600,000 ejemplares.
Desde 2005, cuando se disparó nuevamente la cacería debido al tráfico de marfil, han muerto en promedio 30,000 elefantes al año.
Bajo la administración de Barack Obama, se permitió el ingreso al país de trofeos de la caza de elefantes en países como Sudáfrica, pero no de Zimbabue. En 2015, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre determinó que este país había sido incapaz de demostrarle a Estados Unidos que la población de elefantes hubiera mejorado y que había una estrategia de manejo y leyes para protegerla.
Fuente: Univisión