En el marco del aniversario 366 del natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), el buscador Google dedicó su Doodle del 12 de noviembre, a la icónica escritora mexicana.
Sor Juana Inés de la Cruz, destacó tanto en el campo literario que a 320 años de su muerte, su trabajo sigue siendo reconocido a nivel nacional e internacional.
Para entender mejor la vida y obra de Sor Juana te explicamos lo siguiente:
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, se reveló como niña prodigio y aprendió a leer a la edad de tres años, a pesar de que en su época no era habitual que las mujeres accedieran a la cultura.
Joven brillante, culta y admirada, su poesía ingeniosa, elocuente y expresiva, la convirtió en la personalidad más destacada de las letras novohispanas del siglo XVII.
Hija ilegítima, nació en San Miguel Nepantla, Estado de México el 12 de noviembre de 1651.
Estudió en la biblioteca de su abuelo en la Hacienda de Panoayan, Estado de México.
A los ocho años escribió una loa eucarística.
Muy joven viajó a la Ciudad de México donde estudió latín en tan sólo 20 lecciones.
En 1665 entró a la Corte al servicio de la virreina, doña Leonor Carreto, marquesa de Mancera, y fue objeto de asombro y veneración por su inteligencia, memoria y discreción.
Instigada por su confesor, el poderoso jesuita Antonio Núñez de Miranda, en 1667 decidió ingresar al convento de San José de las carmelitas descalzas para poder dedicarse al estudio.
Más tarde, abandonó este convento por enfermedad y en 1669, ingresó de forma definitiva al convento de San Jerónimo de la CDMX, donde permanecería el resto de su vida.
Sor Juana reunió una valiosísima biblioteca que llegó a contar con alrededor de cuatro mil volúmenes y adquirió conocimientos de las más diversas disciplinas: teología, astronomía, pintura, lenguas, filosofía y música.
Enfermó y murió en la CDMX un 17 de abril de 1695 a consecuencia de una epidemia de peste, mientras cuidaba a sus hermanas de la orden.
Luego de su muerte, exámenes realizados a los restos óseos señalan características físicas que concuerdan con las de Sor Juana, como la altura, de alrededor de 1.53 metros, las facciones finas y una complexión poco robusta.
El depósito de los restos atribuidos a Sor Juana responde a la petición que la Universidad del Claustro, hizo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que éstos pudieran permanecer «en el lugar que se acostumbra sepultar a las religiosas profesas» del antiguo convento, como dejó escrito la autora.
Fuente: Uno TV