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El PRI, Morena, Marx y el lumpenproletariado: Ramsés Ancira

Publicado por
José Cárdenas

Historias para A(r)mar la Historia

 

La acumulación de la riqueza está asociada a la expropiación de la fuerza de trabajo y a la violencia, según explica Karl Marx en El Capital. En las elecciones del Estado de México el pasado 4 de junio de 2017 hubo fraude mediante la coacción, la amenaza de pérdida de fuentes de trabajo y la violencia económica y física. Sin embargo Morena no obtuvo más votos que su principal contendiente.
No deja de ser simbólico el hecho de que el transporte colectivo donde fue violada y asesinada una niña de once años, llevara propaganda en favor del PRI. Tampoco es inconcebible: las rutas de transporte operan con concesiones otorgadas por gobiernos ligados al partidismo. No es casual que el actual líder del Revolucionario Institucional Enrique Ochoa, presuma que no tiene necesidad de robar porque para eso tiene concesionadas flotillas integradas por docenas de taxis.
Dos cartones publicados en un mismo día tras las elecciones, en dos diarios de circulación nacional, de tendencias incluso opuestas, repiten al menos dos elementos sustanciales un mapache y la cabeza decapitada de un cerdo. La diferencia es que en un cartón la escena es un basurero a cielo abierto, y en el otro un quirófano de donde se sustraen estos elementos de una urna electoral.
El símbolo de las cabezas de cerdo ensangrentadas tiene un origen común, la noticia de que varias de estas fueron dejadas frente a oficinas del Movimiento de Regeneración Nacional en Tlalnepantla, Estado de México.
Los mapaches son el símbolo de una vieja práctica electoral en México y simbolizan, por el aparente antifaz que estos animales llevan alrededor de los ojos, a los delincuentes electorales, encargados de acarrear votantes, obligarlos a votar por el PRI, y tomar una fotografía de la boleta, para luego recibir un pago en efectivo, además de la promesa de gestionarles las escrituras de predios asentado en terrenos ilegales o la conservación de su comercio en mercados públicos; o la promesa de que no serán molestados si continúan operando en la vía pública, o de placas de taxis y peseros para un familiar.
El origen de la violencia, según explica Marx, se encuentra en la expulsión de muchos habitantes del agro que, despojados de sus medios de producción campesina tienen que huir a las ciudades.
Esto que Marx aplicaba a la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, siguió teniendo vigencia plena en el México del último cuarto del siglo XX y aun a principios del XXI, cuando decenas de miles de personas, particularmente provenientes de Oaxaca, llegaron a asentarse a los municipios conurbados de la Ciudad de México, para emplearse como obreros o trabajadores manuales.
Sus cabañas de madera fueron instaladas en terrenos vendidos por lotificadores fraudulentos que ofrecían todos los servicios, sin ser esto cierto, o en otros casos simplemente se asentaron en el lecho desecado de antiguos lagos o al borde de canales de aguas negras, como es el caso de una buena parte de Chimalhuacán.
En la teoría Marxista las personas no tenían nada que vender más que a sus propias personas; en la praxis priista lo que se compra son los nombres de estas personas junto con las claves de sus credenciales electorales.
La riqueza de unos pocos, dice Marx, en el Capítulo XXIV del El Capital “crece continuamente aunque sus poseedores hayan dejado de trabajar hace mucho tiempo”, lo mismo se puede aplicar a la Casta PRIvina, como se puede parodiar a la Casta Divina de Atlacomulco que, por varias generaciones, como cualquier monarquía, se ha enriquecido con el usufructo del poder en el Estado de México.
Oficialmente el costo de las cuatro elecciones realizadas en México en 2017 ascendió a 4,028 millones de pesos. Numerosos medios documentaron antes, y durante el 4 de junio, las reuniones celebradas en oficinas del PRI donde se recaudaban fondos para la compra de votantes. Su expresión más trágica fue el asalto a oficinas del Partido, en Ciudad Nezahualcóyotl, que se saldó con el asesinato de cinco personas, varios de ellos policías, como lo reportaron los medios mexicanos en sus ediciones del 5 al 7 de mayo de 2017.
Suponiendo que el pago de cada voto inducido alcanzara un promedio de 10 mil pesos, según estimaciones muy conservadoras, y que los 300 mil votos de diferencia que le dieran la ventaja al PRI hubieran costado 10 mil pesos cada uno, su “inversión” habría alcanzado los 3 mil millones de pesos ¿exagerado? ¿De dónde se habría obtenido esta cuantiosa suma? Una parte posible es del gasto social. El recorte del propuesto al gasto público en 2017 alcanzó los 239 mil 700 millones de pesos.
Más Marx y más lecciones de la elección

En el apartado uno del Capítulo XXIV de El Capital, denominado El Secreto de la Acumulación Originaria, Marx establece:
Obreros libres en el doble sentido de que no figuran directamente entre los medios de producción, como los esclavos, los siervos, etc., ni cuentan tampoco con medios de producción de su propiedad como el labrador que trabaja su propia tierra, etc.; libres y desheredados.
Esperamos no caer en los excesos del sofismo si comparamos a esos obreros libres con los concesionarios de locales en mercados públicos o los puestos semifijos en vía pública, quienes son parte importante del voto del PRI del llamado Sector Popular.
La práctica de dotar de locales comerciales en mercados públicos a fieles partidarios no es exclusiva del PRI. Ha sido igualmente común en, por ejemplo, la administración de Dolores Padierna en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, pero sí es un punto distintivo de la cooptación de votos.
2. COMO FUE EXPROPIADA DEL SUELO LA POBLACION RURAL

Este es el título del segundo apartado del capítulo destinado por Marx a la acumulación originaria y también deja lecciones sobre la elección en el Estado de México porque es en las zonas rurales, y no en las urbanas, donde el PRI obtiene su votación más copiosa, lo que no necesariamente tiene que ver nada más con las condiciones más favorables para el fraude; sino con el descuido casi absoluto de los partidos de oposición a las necesidades campesinas.
En la edición del periódico La Razón del lunes 12 de junio de 2017, la nota principal de portada anuncia “Indígenas se quejan de que en Morena les llamen hambreados, lagartijas”
Y expresa a la letra en los primeros párrafos
La senadora de la bancada del Partido Trabajo (PT)-Morena, Layda Sansores, llamó “lagartijas y tepocatas” a los originarios de las zonas donde perdió el partido de Andrés Manuel López Obrador en el Estado de México, a lo que legisladores del PRI y el PAN en el Congreso de la Unión respaldaron a los pueblos indígenas que la denunciaron por discriminación.
El miércoles pasado, la también integrante de la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara alta, escribió en su cuenta de Twitter: “Edomex #fraudelectoral @delfinagomeza gana en concentraciones y pierde en zona de tepocatas y lagartijas con el voto del hambre”.
Ello provocó que representantes de los pueblos indígenas del Estado de México exigieran una disculpa pública de Sansores por sus declaraciones publicadas en sus redes sociales.
El argumento utilizado por la senadora Layda Sansores en su cuenta de twitter fue que el gobierno usa y explota a los campesinos, pues aunque el nivel de vida rural en el Edomex es inferior al de Angola, más del 60 por ciento participó y votó en favor del PRI. Un nivel de votación similar al de los países más desarrollados, como es el caso de Suecia.
Independientemente de la validez del argumento de la senadora Sansores, el hecho es que los partidos de oposición en el Estado de México enfocaron sus propuestas en las zonas urbanas y suburbanas pero nada se supo de sus argumentos por la soberanía alimentaria, la producción campesina, o vaya, siquiera sobre la posibilidad de aumentar las escuelas normales rurales, como las impulsó en su momento Lázaro Cárdenas al sentar las bases del Partido Nacional Revolucionario.
Naucalpan fue el único municipio del Estado en el que el Partido Acción Nacional obtuvo más votos, Ciudad Nezahualcóyotl fue para el PRD en sus tres distritos electorales. Estamos ejemplificando con las entidades de mayor densidad poblacional en el Estado de México, pero aun así, el puro conteo del voto rural, permitió al PRI una diferencia en su favor de varios cientos de miles de sufragios, independientemente de la manera en que los obtuvieran.
Y gran parte de este apoyo tiene que ver con los créditos a fondo perdido, estos son préstamos que se realizan para la producción agropecuaria sin la necesidad de devolverlos.
En lugar de fomentar las cooperativas agrícolas para la mayor producción y beneficio del sector campesino, el presidente Carlos Salinas de Gortari, emanado de las filas del PRI, dio luz verde a la venta de ejidos, lo que daba posibilidad a muchos campesinos de ver junto, el dinero que no iban a poder reunir en toda su vida; pero que al mismo tiempo facilitó el trabajo a los lotificadores, quienes así pudieron saturar de viviendas precarias el cinturón de miseria del Valle de México.
Esto a su vez incrementó lo que Marx llamó en el Capítulo XXIII de El Capital, Ejército Industrial de Reserva. Equivalente al ejército que votó por el PRI en las últimas elecciones.
Constituye un ejército industrial de reserva, un contingente disponible, que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y se mantuviese a sus expensas.
Lumpen proletariado

Pero más grave aún que los daños del ejército de desempleados “de Reserva” es el del lumpen proletariado o subproletariado, constituido por quienes ni tienen medios de producción, ni fuerza de trabajo y por lo tanto, tampoco conciencia de clase.
Esta carencia de todo, según Marx, los hace más susceptibles para dar apoyo a la burguesía, o en este caso que nos ocupa, al PRI.
Vástagos degenerados, aventureros de la burguesía, vagabundos, huidos de galeras, alcahuetes, mendigos, dueños de burdeles son algunos de los integrantes del lumpen proletariado, según los describe Marx, quienes eran susceptibles del apoyo de sociedades de beneficencia.
Características similares podrían atribuirse a las bases de apoyo al PRI, a los “mapaches” o a los arrojadores de las cabezas de cochinos en las oficinas de partidos de oposición.
Pero el conocimiento de las bases sociales de su electorado, por mucho que pueda valorarse o condenarse desde perspectivas morales, no quita la realidad de la diferencia de votos en favor del PRI, Votos contantes y sonantes que no desaparecen ni se anulan en todos los recuentos posibles.
Una notable casualidad

Aunque el conteo rápido que se dio a conocer alrededor de las nueve de la noche en el Instituto Electoral del Estado de México dio desde el principio una “tendencia favorable” al candidato del PRI Alfredo del Mazo, no ocurrió lo mismo con los resultados preliminares o PREP que hasta las 12:45 daban ventaja a la maestra Delfina Gómez, del Movimiento de Regeneración Nacional.
Pero justo a esa hora la Procuraduría General de la República anunció la captura en Panamá del exgobernador priista Roberto Borge y a partir de ese momento el PRI ocupó una delantera de la que ya jamás habría de bajar.
La explicación es la de siempre: los primeros resultados siempre son los de las cabeceras municipales de las zonas urbanas y los últimos en llegar, los de las zonas rurales en las que por costumbre gana el PRI.
Si es así, la simultaneidad del anuncio de la Procuraduría con el cambio de resultados del PREP no podría atribuirse a una forma de violencia para acumular capital político a costa de lo que sea, sino a una simple casualidad.
Violencia económica, violencia moral, coacción, despojo, las condiciones de la acumulación original de la riqueza descrita por Marx, serían las mismas en la preservación del capital político y económico de un solo partido, el PRI, en el Estado de México.
Retórica, discursos sin sustento, incapacidad para la política si esta se entiende esta con conciliación y suma, ausencia total de propuestas para las zonas rurales, las razónes de que Morena no alcanzara la votación suficiente y abundante para un triunfo claro, independientemente de una realidad casi indiscutible, cuantitativamente hay más Lumpenproletariado que ciudadanos, y ese está con el PRI o simplemente no se molesta en votar.

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José Cárdenas