El autor del «ataque terrorista» en una céntrica estación de Bruselas era un marroquí de 36 años, informó este miércoles la justicia belga, asegurando que se evitó algo peor, ya que el equipaje que hizo estallar sin dejar víctimas contenía «clavos y bombonas de gas».
«Podría haber dejado víctimas», «podría haber sido mucho peor», dijo el portavoz de la fiscalía federal, Eric Van der Sypt, precisando que había «unos diez pasajeros» alrededor del atacante cuando activó la carga explosiva. «Está claro que quería causar más daño del que provocó», añadió.
Bélgica, donde un atentado dejó 32 muertos en marzo de 2016, revivió el martes escenas de pánico, un día después que un hombre atropellara a musulmanes cerca de un mezquita en Londres (un muerto) y otro asaltante muriera en un fallido ataque en los Campos Elíseos de París.
El sospechoso «fue identificado como O.Z.», nacido en «enero de 1981» y «de nacionalidad marroquí», aseguró en una rueda de prensa Van der Sypt, que precisó que el hombre no estaba fichado por terrorismo.
Según el relato de la fiscalía federal, el hombre entró a las 20h39 (18h39 GMT) en la Estación Central, donde se dirigió hacia un grupo de viajeros cinco minutos después. «Cogió su maleta gritando y provocando una explosión parcial. Por suerte, no hubo heridos», según un comunicado.
A continuación, abandonó su equipaje en llamas, que más tarde registró «una segunda explosión más violenta», y se dirigió hacia los andenes a la búsqueda de un jefe de estación, continúa el relato. El equipaje «contenía clavos y bombonas de gas», agrega.
El hombre, que no portaba un cinturón de explosivos, falleció posteriormente por disparos de un soldado sobre el que se precipitó en el vestíbulo de la estación al grito de «¡Alá Akbar!» (Alá es el más grande), explicó la fiscalía.
Los hechos están «calificados de intento de asesinato terrorista», indicó el portavoz del ministerio público especializado en terrorismo, que se hizo cargo de la investigación.
El domicilio del autor del ataque, en el distrito de Molenbeek, fue registrado en profundidad durante la noche, según la fiscalía federal.
De este barrio bruselense procedían también personas vinculadas a los atentados de París en noviembre de 2015 (130 muertos) y a los de Bruselas meses después.
El servicio de trenes en la Estación Central de Bruselas, una de las más grandes del país y donde toman el tren unas 60.000 personas cada día, se reabrió de nuevo este miércoles por la mañana hacia las 08h15 (06h15 GMT), indicaron las autoridades belgas.
Tras la explosión, el servicio fue suspendido y la estación evacuada. «Hubo un movimiento de pánico de la multitud en la estación, la gente se echó a correr por las vías», explicó Arnaud Reyman, portavoz de Infrabel, el concesionario ferroviario.
Según Elisa Roux, portavoz de la SNCB, «un centenar» de personas fueron evacuadas. «Había gente que lloraba, gente que gritaba. Estaban por supuesto un poco impactados», agregó.
Bélgica, junto a otros países europeos como Francia y el Reino Unido, han sido blanco de una serie de atentados yihadistas en los últimos años.
Desde los atentados yihadistas en París en noviembre de 2015, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico y perpetrado por la misma célula que atacó meses después en Bruselas, soldados patrullan las zonas más frecuentadas de la capital.
Las autoridades mantuvieron el nivel de alerta terrorista 3 en una escala de 4, indicó Michel, que anunció, preguntado por la celebración de un concierto del grupo británico Coldplay este miércoles por la noche en Bruselas, el refuerzo de las medidas de seguridad en eventos concurridos.
Fuente: debate.com