Gabriel Casillas
La Junta de Gobierno del Banco de México decidió aumentar la tasa de referencia en 25 puntos base (0.25 puntos porcentuales) el pasado 30 de marzo, en el marco de su reunión programada de política monetaria, ubicando la tasa en 6.50 por ciento. Este fue el octavo episodio en el cual se ha elevado la tasa de interés en México desde diciembre de 2015. En este sentido, la semana que entra se volverá a reunir la Junta de Gobierno de Banxico y anunciará su decisión de política monetaria el jueves 18. ¿Aumentará la tasa de referencia una vez más? y si no lo hace, ¿El octavo incremento habrá sido el último? En mi opinión, en esta ocasión la Junta de Gobierno dejará el nivel de la tasa sin cambio en 6.50 por ciento, tal y como también lo anticipa el consenso del mercado. No obstante lo anterior, dudo mucho que haya terminado el ciclo de política monetaria restrictiva del Banco de México. El resto de este espacio lo dedicaré a sustentar por qué considero que Banxico no elevará la tasa de referencia la próxima semana y después por qué considero que es muy probable que la Junta de Gobierno tenga que llevar a cabo otros incrementos de tasa antes de terminar el ciclo restrictivo.
Sin cambio la semana que entra. Los miembros de la Junta de Gobierno han expresado que los tres factores principales que van a evaluar para decidir si modifican el nivel de la tasa de referencia son: (1) “…la evolución de todos los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazo, en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio y de las cotizaciones de las gasolinas al resto de los precios…”; (2) “…la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos…”; y (3) “…la evolución de la brecha del producto…”.
(1) Inflación, tipo de cambio y expectativas. Desde la última decisión de política monetaria el pasado 30 de marzo, la inflación anual se ha incrementado de 5.35 por ciento en marzo, a 5.62 por ciento en la primera quincena de abril. Ahora, si tomamos en cuenta que el fuerte incremento de los precios de las gasolinas en enero va a estar presente los 12 meses del año en la inflación anual, entonces no parece que realmente exista una aceleración de la inflación en ese periodo. Máxime si observamos los diferentes componentes del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), en donde considero que no hemos visto un “contagio” relevante a precios que no guardan una relación directa con los precios de la gasolina o con el tipo de cambio. Asimismo, en lo que respecta al tipo de cambio y a las expectativas de inflación, el panorama es más favorable. Si bien el peso se ha depreciado 2.2 por ciento desde la última reunión de política monetaria, éste se ha apreciado 12.8 por ciento desde su nivel máximo alcanzado el 11 de enero, pasando de 21.91 a 19.12 pesos por dólar (tipo de cambio “fix” de ayer). Adicionalmente, si bien las expectativas de inflación para el cierre de este año – tomando en cuenta la mediana de los analistas encuestados por Banxico-, han aumentado de 5.6% en marzo, a 5.7% en abril, las expectativas de mediano y largo plazo no han mostrado un deterioro adicional al que se observó en la encuesta de marzo. De hecho, éstas continúan en 3.5% y 3.4%, respectivamente.
(2) Tasas en EU. El Fed dejó el rango de la tasa de Fed Funds sin cambio en 0.75-1.00 por ciento en su reunión de la semana pasada. No obstante lo anterior, con el tono que han manejado los miembros del Comité de Operaciones de Mercado Abierto del Fed (FOMC) en sus discursos –inclinado hacia aumentar las tasas de interés a un mayor ritmo que en el pasado reciente-, y el reconocimiento de que la debilidad que observaron los datos del primer trimestre de 2017 es transitoria, los participantes de los mercados ya anticipan un incremento del rango de tasa en junio en 25pb con 99 por ciento de probabilidad (extraída de los futuros de Fed Funds). Por lo que considero muy probable que por este tema, la Junta de Gobierno de Banxico pueda “saltarse” un aumento de la tasa de referencia en mayo, pero no necesariamente en junio.
(3) Brecha del producto. Este concepto tiene que ver con qué tanto la economía está creciendo respecto a su potencial, sobre todo en el sentido de que no genere presiones inflacionarias del lado de la demanda. Utilizando la metodología que utiliza el Banco de México para estimar la brecha del producto, –en donde estima el PIB potencial con un filtro Hodrick-Prescott, ajustado por un efecto estadístico “de colas”-, llevamos varios trimestres con una brecha negativa que se ha ido “pegando” al cero. En este sentido, nos hemos encontrado cerca de que se generen presiones de demanda.
En conclusión, en un ambiente en donde es probable que la inflación a tasa anual continúe aumentando –a pesar de que sólo refleje el “gasolinazo” de enero y algo de traspaso de tipo de cambiar-. y en donde es prácticamente un hecho que el Fed eleve tasas en junio, veo muy difícil que Banxico pueda todavía lograr “desatarse” de los movimientos que haga el Fed, máxime ahora que gran parte de la incertidumbre relacionada con la políticas potenciales de Trump se ha ido disipando, lo que podría reacelerar el crecimiento económico en los próximos trimestres.
*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF.
Twitter: @G_Casillas