El presidente estadounidense Donald Trump denunció una «caza de brujas» contra su secretario de Justicia Jeff Sessions y otros miembros de su equipo por sus contactos con diplomáticos rusos durante la campaña electoral de 2016.
Sessions se encuentra en el centro de una espectacular controversia por sus encuentros con el embajador ruso Sergey Kislyak, que ocultó al Senado. El problema es que por su cargo, Sessions supervisa al FBI y por lo tanto la investigación de la policía federal sobre los posibles vínculos entre el entorno cercano de Trump y Moscú.
Ante la polémica, el fiscal general terminó recusándose de cualquier investigación, actual o futura, sobre la campaña electoral de año pasado.
«Jeff Sessions es un hombre honesto», manifestó Trump, que expresó su «total» confianza en su secretario de Justicia y acusó a los demócratas de haber «perdido el sentido de la realidad». Reconoció, sin embargo, que su secretario podría haber respondido «con más precisión» cuando aseguró públicamente no haber tenido contactos con responsables rusos durante la campaña.
De acuerdo con agencias estadounidenses de inteligencia, Rusia y su presidente Vladimir Putin están detrás del hackeo y la divulgación de correos electrónicos de la candidata Hillary Clinton y del partido Demócrata, que hicieron para ayudar a Trump a vencer las elecciones.
Esas denuncian habían llevado al entonces presidente Barack Obama a expulsar de Estados Unidos a 35 diplomáticos rusos y aplicar nuevas sanciones a Moscú.
En la conferencia de prensa en la que anunció que no participará de las investigaciones sobre la campaña, Sessions que antes era senador por el estado de Alabama, afirmó que era parte del rol de los senadores encontrarse con diplomáticos, y que en su reunión con el embajador ruso hablaron de «cosas normales», señalando no recordar si el tema de la elección fue abordado.
Fuente: El País