Un 21 de febrero del año 2000 la Unesco proclamó el Día Internacional de la Lengua Materna, fecha que desde ese momento quedó marcada para una de las celebraciones más esperadas del año. La sede de la organización es uno de los principales centros de celebración para este día, que a su vez se extiende hacia todos los rincones del mundo.
Su creación se debe al reconocimiento del Movimiento por la Lengua Bengalí, que recuerda una sangrienta represión por parte de la policía y el Estado Pakistaní hacia un grupo de manifestantes que reclamaban por sus derechos para pronunciarse en la lengua bengalí. Este acto de intolerancia hacia una lengua diferente fue tomado como punto de partida para un homenaje que busca promover la diversidad lingüística y cultural.
En un contexto donde cada día se pierden más lenguas originarias, y varios países se encuentran en conflicto intentando luchar para preservar su tesoro lingüístico, que la Unesco cuente con un día especial para reconocer a la Lengua Materna resulta un verdadero alivio. Pero quizá lo más importante de todo es que la búsqueda de este reconocimiento no pretende abarcar únicamente el nivel social o cultural, sino todos los niveles. De acuerdo a la organización, para cumplir con sus objetivos de Desarrollo Sostenible, la difusión de las lenguas en todos los contextos resulta vital; por lo tanto, buscan que su inclusión se realice también en entornos digitales y el mundo de internet.
La preservación de la Lengua Materna es esencial para garantizar que todas las poblaciones logren un acceso real a una educación de calidad. Por eso, del mismo modo en que se trabaja para eliminar las diferencias de género, distintos organismos internacionales encabezados por la Unesco buscan con este día concientizar a la población sobre la eliminación de las diferencias lingüísticas que solo generan límites para las poblaciones minoritarias.
Cada rincón del mundo tiene la posibilidad de realizar la celebración que crea correspondiente, contando con organismos como colegios y universidades como actores sociales responsables de transmitir las enseñanzas lingüísticas a las futuras generaciones.
Fuente: Universia