En medio de la confusión y el temor generado por las balaceras en Cancún y Playa del Carmen, circularon diversas versiones en redes sociales: desde un posible ataque armado como parte de la estrategia para liberar a Doña Lety, quien supuestamente controla la venta de drogas en el norte de Quintana Roo, hasta la difusión de material presuntamente judicial con el que generaban más caos.
Además, el ataque tendría un segundo objetivo: intimidar a las autoridades, así como a los grupos criminales contrarios que se disputan la plaza en el estado.
Sin embargo, el informe oficial señalaba que la finalidad del ataque que se cometió ayer por la tarde era desestabilizar al gobierno local.
Por la mañana, aparecieron narcomantas en algunos puntos de Playa del Carmen y Cancún, firmados presuntamente por líderes del grupo delictivo de Los Zetas, quienes se atribuyeron los hechos ocurridos en Playa del Carmen.
Señalaron que el ataque en el bar-discoteca Blue Parrot, en Playa de Carmen, era apenas el inicio de la guerra por no haberse “alineado” con este grupo criminal durante el festival de música electrónica.
Reportes judiciales señalan que Leticia Rodríguez Lara, conocida como Doña Lety o La 40, lidera el recién nombrado Cártel de Cancún.
Desde hace cuatro años, Doña Lety controla la venta de enervantes en Cancún y Playa del Carmen, entre otros destinos turísticos de talla internacional de la Riviera Maya.
Ante el crecimiento de este grupo se creó otra célula denominada Los Combos, formada a partir de alianzas de integrantes de los Zetas, Golfos, Pelones y del Cártel Jalisco Nueva Generación, para poder combatir al Cártel de Cancún.
Doña Lety, según el expediente, fue una policía federal y la responsabilizan de encabezar el cobro de derecho de piso a empresarios del sector turístico, de atentados contra discotecas y centros nocturnos.
También señalan que Rodríguez Lara, antes de pasar a las filas del narcotráfico, habría trabajado en la delegación de la PGR en Quintana Roo y se fortaleció en 2015 al sumar a su grupo a miembros de otros cárteles.
Incluso, de acuerdo con declaraciones de presuntos delincuentes detenidos, es la encargada de manejar todo en la zona hotelera, junto con otros familiares, como su hijo, un hermano y su padre.
Sobre el Cártel de Cancún no hay información oficial, aunque en septiembre del año pasado autoridades militares reconocieron la existencia de un cártel independiente.
Vendedores de drogas
Era el último día de actividades para la celebración del festival de música electrónica BPM y la venta de drogas estaba a la vista de muchos.
“Literal, en la calle te dicen ‘pastillas, perico, ácidos, mota’. Yo me gasté 4 mil pesos en perico y tachas, así tan a la mano está.
“Todos andan vendiendo, hay como 200 vendedores por evento. Hay muchos rumores… que según ya no dejaban entrar a más vendedores y que los que vendían adentro venían vestidos [como elementos] de seguridad.
“El evento en el que yo estaba iba a terminar a las 10 de la mañana y terminó a las tres”.
Así fue el último día del festival, que celebraba su décimo aniversario con actividades que comenzaron desde el viernes 6 de enero.
Después de la tragedia, vecinos y turistas acudieron a la discoteca Blue Parrot, donde colocaron cartulinas pidiendo paz, así como flores y veladoras en memoria de los jóvenes fallecidos.
Por la tarde realizaron una marcha en silencio, en la que participaron decenas de habitantes del municipio de Solidaridad, donde se ubica Playa del Carmen.
Hubo también turistas nacionales y extranjeros; el reclamo era generalizado de poner un freno a la violencia y a los posibles delincuentes vinculados a las drogas en esta zona; de no hacerlo, advirtieron, la ola de violencia podría convertirse en “algo cotidiano”.
Dejaron constancia de su inconformidad y temor de la balacera que interrumpió lo que pretendía ser la despedida de un festival.
Fuente: Staff