A una semana del Supermartes, cuando todo parecía ‘coser y cantar’ para Hillary Clinton, la víspera de Halloween aparece un nubarrón de pesadilla, por cortesía del FBI.
Una carta enviada por el director del Buró Federal de Investigaciones al Senado, revela posibles nuevos trapos sucios de la candidata demócrata.
El mandamás del FBI, James B. Comey, de filiación republicana, andaba jalando el hilo a la madeja del exrepresentante Anthony D. Weiner, casado con una de las mujeres más cercanas a la candidata demócrata, Huma Abedin, cuando encontró más evidencia por el posible uso indebido del correo personal de Clinton, cuando fue secretaria de Estado en el primer período del presidente Obama.
El analista Leo Zuckermann deduce: “Si se quedaba callado y ganaba Clinton, los republicanos lo hubieran podido acusar de encubrimiento. Si revelaba que existía nueva evidencia, ponía en peligro el inminente triunfo de Clinton, pero nadie lo podía denunciar de no actuar conforme a la ley”.
Quizá evaluando posibles consecuencias decidió hacer pública la nueva indagatoria… y ponerle mayor dramatismo a la contienda.
Quienes saben, dicen que el mandamás del FBI decidió encender el ventilador, al conocer que dicha información está en manos de la campaña republicana, y tarde o temprano saldría a la luz. El hecho es que el dato incide en la contienda electoral estadunidense de manera inesperada; brinda un poco de oxígeno a la figura de Donald Trump, quien parecía en estado de coma después del tercer debate y los escándalos de misoginia.
La sola sospecha de actos indebidos por parte de la candidata demócrata difícilmente puede resultar catastrófica. La encuesta más reciente, publicada por la cadena de televisión ABC y el Washington Post, señala un empate técnico entre ambos contendientes, sin embargo, el pronóstico de Nate Silver, en FiveThirtyEight, le da a Hillary 75.6%, con leve tendencia a la baja, y 24.4% a Trump, con ligera cotización a la alza.
A pesar de que Hillary sigue siendo favorita para llegar a la Casa Blanca, y la distancia con Trump no sea precisamente tan corta, la candidata demócrata reta al FBI a publicar la evidencia; Trump tiene hambre de pan con lo mismo; le urge.
Se ve casi imposible que el nuevo escándalo pueda dar vuelta a la tortilla, por mucho que los enemigos de la ex secretaria de Estado pretendan comparar las irregularidades con el caso Watergate, que obligó a la renuncia del ex presidente Richard Nixon.
Clinton enfrenta la última la desagradable sorpresa que viene a sumarse a su falta de empatía, incapacidad para conectar con el electorado y la desconfianza que generada por su cuestionable conducta política. Cierto.
Si Donald Trump representa lo peor de la sociedad norteamericana, Hillary Clinton encarna lo peor de la clase política; vaya dilema para los votantes gringos en estas noches de brujas… y brujos.
EL MONJE FINANCIERO: A pesar de los nubarrones, este lunes la moneda mexicana volvió a terreno positivo, a contracorriente de un avance de Donald Trump en las preferencias electorales, una caída de los petroprecios, y el avance del dólar en el mercado internacional. Aun así, más vale tener listo el frasco de aspirinas: si persisten las molestias del dolor del dólar, consulte a su médico financiero.