El presidente filipino, Rodrigo Duterte, defendió hoy su creciente distanciamiento con Estados Unidos durante una visita a Japón destinada a consolidar los lazos bilaterales y evitar polémicas con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
La reunión celebrada entre ambos líderes en Tokio concluyó con la firma de varios acuerdos y memorandos de entendimiento que cubren desde ayuda oficial al desarrollo (AOD) o inversiones en infraestructura y agricultura hasta la venta de equipamiento militar y cooperación en seguridad marítima u operaciones de rescate.
Como era de esperar, en sus respectivas intervenciones Duterte y Abe pasaron de puntillas por el tema que más preocupa tanto a los medios locales como a la Administración nipona: el creciente desapego hacia Washington y simultánea aproximación a Pekín por los que está abogando Duterte, presidente desde junio.
Al comienzo de la cumbre el líder filipino quiso templar los ánimos asegurándole a Abe que su visita a China de la semana pasada se centró en la cooperación económica y comercial más que en tratar «alianzas militares o de otro tipo».
Desde su llegada al poder, Duterte ha restado importancia a ese fallo y ha mostrado su voluntad de solventar amistosamente el asunto con Pekín para nerviosismo de Tokio, que mantiene su propio contencioso territorial con China en torno a otras islas.
Duterte volvió recalcar durante la jornada de hoy su apuesta por una política exterior «independiente» y más emancipada de Estados Unidos y lo hizo en el estilo duro y directo que le está generando tantas controversias.
Fuente: Crónica
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