Solo la ciencia podrá determinar si los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados y calcinados en el basurero municipal de Cocula, Guerrero, señalaron funcionarios del gobierno federal, quienes adelantaron que la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria, «en breve» dará a conocer nuevos resultados sobre los análisis practicados a fragmentos óseos encontrados en el río San Juan y que la Procuraduría General de la República (PGR) presume son de algunos estudiantes.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), coadyuvantes en la investigación, han puesto en duda, a través de estudios del fuego, que los normalistas hubieran sido incinerados en el tiradero local 26 y 27 de septiembre de 2014.
El 27 de enero de 2015 el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, declaró que un grupo indeterminado de estudiantes había sido privado de la libertad, de la vida, incinerados y sus restos arrojados al río San Juan; esa es la «verdad histórica», puntualizó.
Sin embargo, peritajes como el realizado por el peruano José Luis Torero, a petición del GIEI, indican que se necesitan «condiciones necesarias para incinerar un cuerpo» y que el tiempo requerido para consumir un cadáver en incineración, como los restos enviados a Innsbruck, requería entre 90 y 120 minutos.
Un solo cuerpo, dijo Torero en su informe, requiere 700 kilos de madera, 310 kilos de neumático y la duración de la incineración son 12 horas. «En el caso de 43 cuerpos, la carga de combustible de madera es de 30 mil 100 kilogramos de madera, de 13 mil 330 kilogramos de neumáticos y la duración de consumo sería (de) 60 horas».
Los funcionarios del gobierno federal manifestaron que, ante la diversidad de opiniones científicas, la PGR tiene en marcha más análisis en materia de fuego. Esos nuevos peritajes, explicaron, tienen como finalidad complementar los resultados que se obtuvieron del último estudio del fuego practicado y acordado entre la institución y el GIEI, a través de un grupo colegiado (en el que participó Torero y la máxima autoridad en el tema, el estadunidense John DeHaan), con lo que se busca esclarecer si los estudiantes murieron en Cocula.
Fuente: Milenio