Norberto Cardenal Rivera tiene cinco razones para declarar guerra al Presidente de la República, a activistas por los derechos de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI)… y a cualquier promotor de la reforma para legalizar el matrimonio igualitario.
El último editorial publicado por el Semanario Desde la Fe, (http://www.desdelafe.mx/apps/article/templates/?a=6874&z=3) resume en un párrafo los argumentos de la Iglesia Católica contra lo que califica de “aberración”.
“1. Que la palabra de Dios lo rechaza; 2. Que no santifica ni da vida; 3. Que causa daños físicos, psicológicos y espirituales; 4. Que donde es legal se ha atentado contra la libertad de conciencia y expresión, y 5. Que como se opone a la voluntad divina, coloca a los involucrados en grave riesgo perder la salvación.”
¿De cuál salvación habla el órgano de difusión de la Arquidiócesis de México cuando promueve la confrontación y el odio hacia quienes mantienen prácticas e identidades sexuales “diferentes” a la mayoría?
Arzobispo y escribanos del semanario apelan a su derecho a la libertad de conciencia y expresión para estigmatizar a parejas del mismo sexo como tumor maligno, y al mismo tiempo elevan queja por descalificaciones a obispos, sacerdotes y laicos críticos de la propuesta de Peña Nieto; delatan a activistas y medios de comunicación partidarios de aperturas a falsos derechos humanos; acusan agresión solapada desde el poder político contra la moral y las buenas costumbres.
“No nos amedrenta ni nos preocupa lo que puedan decir, porque tenemos muy claro que la Iglesia Católica debe ser profética y valiente sin importar los costos a pagar”, reclama el semanario Desde la Fe… y atiza las llamas de la hoguera; con intolerancia basta, el clero autóctono intenta imponer su verdad única: el dogma no admite debate ni razones, simplemente se acepta, por las buenas… y por las malas.
¿Entonces, defender el derecho al matrimonio igualitario es pecado mortal imperdonable?
Norberto Cardenal Rivera juega al hipócrita. Pocos olvidan que el líder de la Arquidiócesis –junto con el Nuncio Apostólico del Vaticano, Girolamo Prigione– fue encubridor del “demonio” Marcial Maciel –fundador de los Legionarios de Cristo– detonador de la crisis de pederastia, motivo de sobrada vergüenza para los buenos católicos mexicanos.
EL MONJE CONFUNDIDO: El comal y la olla, Yunes y Duarte, no paran su Tilingo Lingo al son de acusaciones mutuas; imposible distinguir entre acusador y acusado; acosador y acosado. PUNTO Y APARTE: Afecto y solidaridad con el senador Emilio Gamboa por la muerte de María Angélica Miner de la Concha, esposa, y madre de sus tres hijos.
1 comentario
Sr. Cárdenas: Quiero comentarle que esta usted en la misma posición que critica del Cardenal Rivera; fomentando el odio por una institución religiosa.
La posición de la Iglesia Católica es clara; no se trata de la interpretación de un prelado con pies de lodo. Para nuestra religión, el matrimonio es un sacramento que se celebra entre hombre y mujer; las preferencias sexuales de las personas, cuando menos yo, no las juzgo ni intento fomentar el odio (¿quién soy yo para hacerlo?), simplemente considero que su petición de acceder al matrimonio es una necedad que tiene origen en la moda de imponer los derechos de las minorías, sobre los de las mayorías. Legalmente, ya poseen derechos legales al amparo de la Ley de Convivencia; pero no, quieren más; decirnos a la sociedad que pasarán por encima de cualquier dogma o razón. Eso si fomenta el descontento y la fricción. México no es un país tan «moderno»: aun es importante para nosotros la familia. Creo que presionar en este caso, es la sinrazón.