La semana pasada estuvimos en Guadalajara, Jalisco, para presentar una de nuestras propuestas en materia de tecnologías y medio ambiente, porque en Greenpeace pensamos que sí es posible ser innovadores y al mismo tiempo ser conscientes de que hay alternativas para frenar las huellas tóxicas que dejan los productos electrónicos que utilizamos diariamente.
Por eso y en el corazón del punto donde se reúnen cada año los líderes de la industria de la tecnología con las y los jóvenes que disfrutan de tener los gadgets más avanzados, hablamos de la importancia de que los teléfonos inteligentes (Smartphones) sean también sustentables y amigables con nuestro planeta.
¿Cuál es el problema con los Smartphones que, seamos sinceros, nos facilitan tanto la vida? Solo para darnos una idea de la dimensión de la situación basta con ver el caso de México. Para este año se estima que las personas en nuestro país tendrán unos 80 millones de Smartphones. ¿Qué quiere decir esto? Que existe una amenaza latente de que las sustancias tóxicas contenidas en muchos de nuestros gadgets como PVC, ftalatos, retardantes de flama, berilio, entre otros sean gradualmente desechadas en el medio ambiente sin un manejo adecuado. Se trata de sustancias tóxicas que con el paso del tiempo ingresan en el ecosistema y que pueden amenazar la vida de distintas especies, incluyendo por supuesto, la humana.
El problema de la producción sin medida de estos aparatos electrónicos también radica desde otros aspectos que difícilmente saltan a la vista. Por un lado, durante su fabricación se requiere de muchísima energía, la cual proviene en la mayoría de los casos de combustibles fósiles, esos que aumentan la temperatura de nuestro planeta provocando el cambio climático, luego, también está el tema que ya mencionamos, de los desechos tóxicos, por otro parte, las personas que trabajan en la industria también están expuestas directamente a estos químicos tóxicos y muchas veces no lo saben, y finalmente, la odiosa obsolescencia programada.
Este último tema es fundamental y es por eso que de aquí para el futuro comenzaremos a exigir productos que tengan un ciclo de vida mucho más extendido y que sus fabricantes no nos obliguen prácticamente a seguir comprando y utilizando cada vez más recursos de nuestro planeta.
En Greenpeace tenemos una visión de una industria con más energía verde, de trabajadores y trabajadoras que no se expongan a riesgos innecesarios de salud, con materiales y sustancias cada ves más verdes, con energías renovables y gadgets que nosotros mismos podamos reparar y diseñar, un futuro sin obsolescencia programada y con Smartphones que nos ayuden cada vez a cuidar nuestro planeta.
Para lograrlo hemos pensado en estos 5 pilares de la innovación:
Diseño Inteligente y Reparación. Los electrónicos deben ser diseñados para durar porque serán fáciles de reparar. Esto se traduce en ahorros y mejor aprovechamiento de los recursos que contiene el aparato.
Ciclo cerrado. Las marcas se encargarán de transformar los viejos gadgets y sus componentes en nuevos cuando ya no sirven, cerrando el ciclo de producción.
Energía Renovable. Las fábricas utilizarán sólo energías renovables para producir los miles de componentes en nuestros teléfonos. Esto nos asegurará un futuro limpio y con menos emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Libre de tóxicos. Las marcas y los diseñadores más innovadores del futuro invertirán y explotarán la química verde, además de proponer soluciones de diseño para nuestras necesidades.
Trabajadores felices. La gente que elabora los gadgets tiene el derecho a condiciones justas y seguras.
Estamos empezando un movimiento para que la tecnología cambie nuestras vidas y nos ayude a crear el futuro limpio y sustentable por el que en Greenpeace trabajamos desde hace más de 40 años.
Fuente: Sin Embargo