El posible hallazgo de las ondas gravitacionales, cuya existencia fue formulada por Albert Einstein en su teoría de la Relatividad, ha causado gran expectación en la comunidad científica del mundo.
Los físicos del experimento LIGO (Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales) ofrecerán este jueves un informe sobre su trabajo en la búsqueda de las ondas gravitacionales.
De manera simultánea, se llevarán a cabo ruedas de prensa organizadas por científicos colaboradores en Moscú, París y Pisa (Italia).
Los especialistas creen que el anuncio consistirá en que el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en Estados Unidos, haya captado las ondas de gravedad producidas por la fusión de dos agujeros negros.
Sería la primera vez que se captan ondas gravitacionales y esto sucede justo un siglo después de que Einstein predijera su existencia.
Las ondas gravitacionales son vibraciones en el espacio-tiempo, el material del que está hecho el universo.
En 1916, Albert Einstein reconoció que, según su Teoría General de la Relatividad, los cuerpos más violentos del cosmos liberan parte de su masa en forma de energía a través de estas ondas.
Las explosiones estelares en supernovas, las parejas de estrellas de neutrones y otros eventos producen ondas gravitacionales que tienen más energía que billones y billones de bombas atómicas.
La fusión de dos agujeros negros supermasivos es la fuente más potente de estas ondas.
El físico teórico Lawrence Krauss, de la Universidad Estatal de Arizona, anunció que las ondas gravitacionales habrían sido captadas por primera vez por el experimento LIGO, en Estados Unidos.
“Mi rumor sobre LIGO ha sido confirmado por fuentes independientes”, escribió el científico en un tuit.
Sin embargo, Gabriela González, investigadora de la Universidad Estatal de Luisiana y portavoz de LIGO, indicó que la recogida de datos aún está en marcha y que por ahora no hay ningún descubrimiento que anunciar.
“Nos lleva tiempo analizar, interpretar y revisar los resultados”, agregó González en declaraciones a The Guardian.
Ligo es un gran instrumento óptico de precisión desarrollado por los institutos tecnológicos de California (Caltech) y Massachusetts, (MIT) y la Colaboración Científica LIGO, en la que participan unos mil investigadores de 15 países.
La instalación consta de dos detectores láser con forma de L. Cada brazo de esa L tiene cuatro kilómetros y hay dos detectores idénticos, uno en Luisiana y otro a tres mil kilómetros en el estado de Washington.
Estos detectores llevan buscando ondas gravitacionales desde de 2002. En septiembre de 2015 comenzó a funcionar el LIGO avanzado, una versión mejorada del detector que multiplica por 10 la sensibilidad de los brazos láser y por tanto la distancia a la que pueden captar ondas gravitacionales.
La búsqueda de ondas de gravedad no ha hecho más que empezar. Con la configuración actual, LIGO puede ver a una distancia de unos mil millones de años luz de la Tierra. LIGO alcanzará su máxima potencia en 2020.
En otoño de 2016 se espera que comience a funcionar una versión mejorada de VIRGO, el detector europeo que debería captar señales idénticas a LIGO. La Agencia Espacial Europea ya prepara LISA, un observatorio espacial de ondas gravitacionales.
Fuente: Diario de Yucatán