Un grupo de 180 migrantes cubanos reanudó el martes su viaje en dirección a Estados Unidos, meses después quedarse atrapados en Costa Rica cuando el país centroamericano cerró sus fronteras.
Dentro de un plan piloto acordado entre varios países para resolver la crisis, los migrantes viajaron en avión el martes por la noche de Costa Rica a El Salvador, para luego continuar su viaje por tierra a través de Guatemala y México con la esperanza de llegar a Estados Unidos e instalarse allí.
El canciller salvadoreño Hugo Martínez, autoridades de migración y representantes de la Organización Internacional para las Migraciones recibieron al grupo en el aeropuerto internacional Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en Comalapa, 42 kilómetros al sureste de la capital. Los viajeros, llegados en un vuelo de la empresa Avianca desde la ciudad costarricense de Liberia, son los primeros en reanudar su camino de entre las miles de personas que se quedaron varadas en Costa Rica desde noviembre del año pasado.
Los cubanos abordaron cuatro autobuses en El Salvador para hacer el siguiente tramo de su viaje, que los llevaría por tierra a través de Guatemala y hasta la frontera con México.
La Policía Nacional Civil salvadoreña escoltaba a la caravana en el trayecto hasta el paso de La Hachadura, en la frontera con Guatemala, y una ambulancia del Ministerio de Salud Pública acompañaba al convoy por cualquier emergencia.
El programa de traslado contempla que se transporte a los migrantes hacia la frontera entre México y Guatemala. Una vez en territorio mexicano, deberán continuar el viaje por su cuenta hasta alcanzar la frontera de Estados Unidos, donde se beneficiarán de la Ley de Ajuste Cubano.
El Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, David Morales dijo que la rama regional de su agencia está «realizando una verificación activa e independiente de todo el proceso del desplazamiento de la población cubana que se encuentra en Costa Rica y viajará a territorio mexicano».
Este primer grupo estaba integrado por los migrantes que ingresaron a Costa Rica el 6 y 7 de noviembre y tras obtener una visa extraordinaria de tránsito, se quedaron varados en el país tras el cierre de fronteras por parte de Nicaragua.
La mayoría de los casi 8 mil cubanos vieron truncado su sueño de avanzar por Centroamérica hacia Estados Unidos cuando Nicaragua decidió cerrar sus fronteras el 13 de noviembre de 2015.
El canciller salvadoreño Martínez aprovechó para aclarar que la operación para facilitar el tránsito de los migrantes cubanos por la región sólo afecta a las personas que estaban en los albergues en Costa Rica y «que a diferencia del país de destino no estamos incentivando ni promoviendo la migración de originarios de ningún país», dijo en referencia a Estados Unidos.
«Nosotros queremos enviar un doble mensaje: por un lado estamos dispuestos y solidarios a resolver el problema de los que ya están en el problema, (y) por otro lado esta no es una invitación a otras personas para que vengan y comiencen hacer grupo y tratar de presionar», enfatizó.
Señaló que Ecuador y Costa Rica ya tomaron medidas para restringir el ingreso de cubanos a sus territorios y «vamos aplicar las leyes nacionales que cada país tiene que aplicar en estos casos».
El canciller salvadoreño también criticó la política migratoria de los Estados Unidos, que aseguró «incentiva la migración de originarios de un país y castiga la migración de originarios de otro país».
«Lo que nosotros quisiéramos que todos los migrantes de la región centroamericana tuvieran el mismo trato» que los cubanos, agregó.
La oleada de migrantes cubanos se registró poco después de Estados Unidos y la isla avanzaron en negociaciones para restablecer las relaciones bilaterales, rotas hace más de 50 años y que trajo consecuencias un embargo estadunidense y privilegios para los que huían del gobierno comunista del país caribeño, que los migrantes temen perder.
La Ley de Ajuste cubano, el foco de atracción para los migrantes, fue aprobada en la década de 1960 en el marco de la Guerra Fría y otorga a los cubanos beneficios inmediatos para residir y trabajar en cuanto pisan territorio estadunidense.
Fuente: La Jornada