A todo volumen inician los foros para debatir la despenalización de la marihuana, el prohibicionismo perverso detrás de la marihuana desde hace cuatro décadas. La discusión transita por dos vías que deberán cruzarse al mero final.
Por un lado en el Congreso, activistas, especialistas y comentócratas han tirado la neta del planeta para el mejor uso de la hierba. El Poder Legislativo discute legalizar el consumo de la marihuana no sólo para fines terapéuticos. Propone dejar de distraer recursos del Estado por criminalizar a los pachecos que se la truenan con un churro. Las tésis liberales alegan que permitir el uso lúdico de la mota, si bien no acabará con la narco violencia, en mucho contribuirá a aminorar sus efectos perjudiciales.
Por otro lado, el aparato oficial escucha a expertos acerca de los efectos de la cannabis en la salud de los consumidores. Falta debatir el uso del alcaloide desde la perspectiva de los derechos humanos, su impacto económico, y las consecuencias en materia social y de seguridad.
Pero del Presidente de la República para abajo, el aparato oficial se opone tajante a la tésis de la mota lúdica; sólo la aprobaría para fines medicinales con tal de no pecar de ultra conservador… y dejar a México en off side ante la comunidad internacional más progresista.
Sin embargo, para calmar los ánimos de los proclamadores de la mota legal para elevar la moral, el poder da una sobadita alivianadora; propone el aumento de la cantidad permitida para ser portátil; doce carrujos contra dos legalmente tolerados por ahora.
¿El gobierno intenta disfrazar el consumo de mariguana “recreativa” sin liberarlo de manera abierta para evitar más respingos impopulares entre las buenas conciencias en vísperas electorales?; juega con dados cargados.
El show del debate marihuano está muy bien montado para que a la hora de votar eventuales reformas a la Ley Federal de Salud, el partido en el poder –con todo y sus aliados parásitos– logre la mayoría en el sentido estricto de la línea marcada por Los Pinos: legalizar la marihuana sólo con fines terapéuticos.
¿Y cómo se produciría y comercializaría esa hierba aliviadora de todos los males?
El esfuerzo no debe agotarse en prohibir a medias el alcaloide. Hay que ir al fondo de la realidad: 5.7 millones de mexicanos la consumen cannabis –más mujeres que hombres; más niños y jóvenes– porque hay sobre oferta, según la Encuesta Nacional de Adicciones. Es dato duro.
EL MONJE PACHECO: ¿Quieren la neta del planeta?… la mota legal eleva la moral y no no’más sirve pa’las reumas.
@JoseCardenas1 | [email protected] | www.josecardenas.com