La guerra desatada por el supuesto saqueo perpetrado en las siete delegaciones arrebatadas por Morena, PAN y PRI al PRD parece un pleito de lavadero… y en política, lo que parece, es.
Los cinco delegados morenos encabezados por Claudia Sheinbaum en Tlalpan, y Ricardo Monreal en Cuauhtémoc, denuncian que las “ratas” perredistas arrasaron con todo; vehículos, computadoras, sillas, mesas, computadoras y teléfonos –les faltaron los escusados– fueron botín de quienes al perder aplicaron la máxima del Año de Hidalgo: “chingue a su madre el que deje algo”.
A las quejas de Sheimbaum y Monreal se suman los priistas Fernando Mercado de Magdalena Contreras, Jorge Alvarado de Milpa Alta, y por supuesto la panista Xóchitl Gálvez, quién a estas alturas busca con lupa los estados financieros que en algún lugar escondieron Víctor Romo… y su fiel escudero David Razú.
En respuesta, el líder perredista en el DF, Raúl Flores, dice que todo se trata de un show mediático; se burla. Miguel Ángel Mancera –en tono más discreto– acepta que el problema se ha mediatizado; lanza la pelota a la cancha del Contralor del DF, Eduardo Rovelo Pico.
La misteriosa desaparición de los bienes muebles sería sencilla de resolver con sentido común –el menos común de los sentidos–; bastaría revisar cada una de las actas de entrega-recepción en las demarcaciones en discordia para verificar si efectivamente, los perredistas sacaron las uñas o todo es un invento de Morena y compañía.
Como sea, la disputa por los bienes fantasmas pinta lo que desde hoy será la relación entre las fuerzas políticas del DF; la civilidad será un término destinado exclusivamente a los discursos.
De aquí al 2018, la vida entre el Gobierno perredista de la CDMX y sus contrincantes políticos se va a desahogar en los sofisticados términos de una vulgar pelea de perros; puros desamores…
No se hagan bolas. Si los quejosos acreditan su razón quedará claro que el PRD –con la venia del Jefe del GDF– hará la vida de cuadritos a los delegados opositores, quienes se quedaron con la mitad del esponjoso pastel.
EL MONJE LOCO: ¿No qué no?… El Papa vendrá a México en el primer trimestre del año próximo; irá a la Basílica y a la frontera con EU; ¿También a Ayotzinapa?. El anuncio preliminar del portavoz Federico Lombardi cambia el contexto de las supuestas tensas relaciones entre el Vaticano y Los Pinos. O los buenos oficios de nuestro embajador en la Santa Sede –Mariano Palacios– son realmente buenos, o nunca hubo desencuentro.