Desde Washington DC en las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el secretario de Hacienda advierte que vienen tiempos severos, volátiles. Aviso de turbulencias que el funcionario aprovecha para avisar que México está preparado para hacerles frente. Que no estamos estancados.
Durante las conferencias magistrales y los análisis económicos globales, advierte una vez más, el aplauso al manejo macroeconómico del país. Fundamentales sólidos en lo macro y la aplicación de medidas prudenciales ante la inminente alza en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense. Comparada a otras economías emergentes, la mexicana tiene mayor margen de maniobra, dice Luis Videgaray.
Frente a esta perspectiva, el secretario de Hacienda dice que nuestra fortaleza reside en la convicción por preservar la estabilidad en las finanzas públicas. De ahí, las medidas prudenciales que se han instrumentado y anunciado. Ajustes al presupuesto federal por 260 mil mdp para este y el próximo año. Cancelación de obras y gastos no prioritarios. Apertura de líneas de crédito. Coberturas petroleras y aseguramientos. Construcción de presupuesto base cero para 2016. Astringencia y austeridad es igual a estabilidad.
Lo que ha faltado y continúa faltando es el crecimiento. Poco más de uno por ciento en 2013 y poco más de 2 por ciento en 2014 cuando Estados Unidos florece en su primavera económica. Señal de algo que no se hizo bien. La reforma fiscal y financiera es blanco de quejas y críticas un día sí y otro también. La recaudación ha crecido. Las otras reformas comienzan a permitir anunciar reducciones en tarifas y costos y hasta dan material para alguna campaña electoral permitiendo aventurar cifras mejores para otros años.
El FMI estima que si las reformas alcanzadas en los primeros 2 años de esta administración se aplican correctamente y los astros económicos y entes productivos se alinean, México puede rozar el 4 por ciento de crecimiento en su PIB en el mediano plazo. Colocación de bonos por mil 500 millones de euros a 100 años. Aquí los analistas se atreven a lo mucho, a mantener sus expectativas en el rango del 2.4 al 3.2 por ciento.
Luis Videgaray sabe y reconoce que hay medidas impopulares. Se declara abierto y receptivo a la crítica, la reconoce inherente a su función pública. Su optimismo está documentado con proyecciones del FMI que prevén para nuestro país crecimiento de 3 por ciento para este año y de 3.3 para 2016, similares a lo que pronostican para Estados Unidos y Chile y superior a los de Brasil o Argentina.
Estabilidad y/o crecimiento, disyuntiva no resuelta. Optimismo difícil de sustentar con las cifras de este año. Pesimismos indocumentados, visiones parciales que consolidan ideas de pobreza, de poco crecimiento. Nuevo intento para que el optimismo, se contagie.
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