Alejandro Aguirre
Pocas veces lo habían visto así: desencajado y furioso. AMLO estaba irreconocible, realmente molesto en su oficina de Palacio Nacional. El tema: la acción del INE para posponer su consulta de revocación de mandato. “Busquen la forma de actuar contra Córdova y Murayama”, se le escuchó gritar, tan fuerte que la puerta no ahogó la intensidad de su voz.
Y es que el tabasqueño no ha podido inmiscuirse lo suficiente en el INE como para lograr la injerencia deseada. “Quiero controversias, quiero impugnaciones, quiero la consulta, y quiero mis 2.7 millones de firmas aprobadas”. Los cuatro Secretarios presentes se miraron, como “tirándose la pelota”.
Fue cuando AMLO pidió tanto a Ignacio Mier como a Sergio Gutiérrez Luna, sus hombres fuertes en el Congreso, actuaran en consecuencia y “metieran la controversia correspondiente” ante la Suprema Corte. “Necesito además que propicien, o cuando menos hagan ruido, con el tema de juicio político para Córdova y Murayama”.
Acto seguido, una voz en la oficina le dijo al Presidente que muy probablemente, con dicha controversia, la Corte fallaría a favor de celebrar la consulta y desestimaría los argumentos económicos del INE. “Aunque se instalen menos casillas el ejercicio tendrá que realizarse, está en la Constitución y juntaremos las firmas necesarias”.
Gente al interior de Palacio Nacional comenta que el auténtico temor del Presidente es que, de llevarse a cabo la consulta, no se llegue ni al escaso 8 por ciento del padrón que votó para enjuiciar expresidentes. “AMLO debería aprovechar este movimiento para echar abajo su propia consulta, y así, evitar exponerse a una potencial bajísima participación”.
“Háganle como quieran, pero deseo la consulta, y si no juntan las firmas suficientes, cuando menos quiero acciones contra Córdova y Murayama”, externó AMLO, mientras intentaba refrescarse tomando agua helada. “Se nos viene la elección del 2022 y el INE podría hacernos fraude”, insistió.
Durante meses la tarea había sido agenciarse votos afines al interior del INE, pero ninguno de los hombres cercanos al tabasqueño lo había logrado en su totalidad. “El INE se ha convertido para nosotros como esos cubos rubik, difíciles de resolver, pero apenas encontremos la vía, será pan comido”, mencionó el Presidente, de acuerdo con fuentes en Palacio.
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