El Consejo Nacional Agropecuario, que encabeza Bosco de la Vega, prendió ya los focos rojos ante una nueva amenaza comercial proteccionista procedente de Estados Unidos y de los dos estados que más obstáculos imponen a nuestras exportaciones agropecuarias: Florida y Georgia y que desafortunadamente le interesan mucho a los republicanos y a Donald Trump en plena campaña por su reelección.
La amenaza se presentó, incluso, antes de que entre en vigor el T-MEC y a pesar de que en el Foro Económico de Davos, Trump se refirió a él como un “nuevo modelo de comercio para el siglo XXI.
El pasado 9 de enero, Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos, envió una carta dirigida a los senadores Marco Rubio y Rick Scott y al congresista Vern Buchanan en la que se compromete a que dentro de los 60 días posteriores a la firma del T-MEC, el USTR dará a conocer un plan para enfrentar y remediar las políticas comerciales injustas que están afectando a los productores de alimentos estacionales perecederos que se importan a menor precio.
Entre las medidas, menciona que a los 90 días de la entrada en vigor del T-MEC, los departamentos de Comercio y Agricultura tendrán audiencias con los productores de Georgia y Florida y podría solicitar al International Trade Commission (ITC) ayuda para “monitorear las importaciones de productos perecederos”.
En cuanto tuvo conocimiento de esta amenaza que afectaría a las exportaciones de productos como berries y aguacates, el CNA envió una copia de la carta a Jesús Seade, negociador en jefe del T-MEC y quien se dice amigo de Lighthizer, y al presidente López Obrador, para solicitar el apoyo del gobierno federal, porque el antecedente con los muy importantes productores de Florida y Georgia es el caso del tomate mexicano, en el que argumentaron un nunca comprobado dumping, terminaron imponiendo restricciones a las exportaciones mexicanas en materia de precio y cantidad, además de ceder a una supervisión aleatoria que realizará el Departamento de Agricultura.
Desde luego, Bosco de la Vega cuenta con el apoyo de Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, quien conoce muy bien la problemática del campo, y de los titulares de Economía y Agricultura.
Lo que fue decepcionante fue la respuesta de Seade, ya que aseguró que la estacionalidad agrícola es una amenaza constante y ha sido rechazada por el gobierno mexicano. Aseguró que en su opinión la carta de Lighthizer es “una concesión interna y menor” y ajeno a lo acordado en el T-MEC. Desde luego en el CNA no lo consideran un tema menor y sí están solicitando apoyo del gobierno ante esta eventual amenaza. (MARICARMEN CORTÉS. DESDE EL PISO DE REMATES. EXCÉLSIOR)