Francisco ofició una misa en la catedral de San Patricio y también se volvió a referir a los inmigrantes y refugiados.
El papa Francisco llegó hoy a Nueva York, segunda etapa de su viaje a Estados Unidos, y acudió directamente a la catedral de San Patricio, donde lamentó la «vergüenza» que causan a la Iglesia los casos de pederastia.
El pontífice se reunió nada más llegar a la ciudad con clero, religiosos y religiosas con los que celebró un oficio religioso en que reconoció que «han sufrido mucho a causa de la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos».
El pontífice les dijo que sabe de su sufrimiento «como cuerpo presbiteral, junto con el Pueblo de Dios» por esos actos, que él mismo calificó de «crímenes» esta misma semana en la reunión que mantuvo con los obispos estadounidenses.
A ellos les instó Francisco el miércoles a trabajar para que «no se repitan nunca más» esos actos durante los que denominó «momentos oscuros» de los últimos años en la Iglesia en este país.
Anteriormente, el pontífice ofreció en Washington un histórico discurso ante el Congreso de Estados Unidos, donde abogó por los inmigrantes, y visitó un centro de atención a personas sin techo.
Alrededor de las 9.20, el Papa ingresó al Capitolio, donde fue recibido por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, el principal artífice de su presencia allí. «Su Santidad, bienvenido, realmente me alegra que haya venido», dijo el legislador republicano, uno de los 81 legisladores católicos de ambas cámaras, visiblemente emocionado.
«Queridos amigos, estoy muy agradecido por la invitación para dirigirme a esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y el hogar de los valientes», dijo el Papa al tomar la palabra, en inglés, citando un pasaje del himno nacional estadounidense. Me gustaría pensar que lo han hecho porque yo también soy hijo de este gran continente del cual hemos recibido tanto y al que tanto compartimos una responsabilidad común»,
Francisco dijo a los legisladores que «están llamados a defender y preservar la dignidad de sus ciudadanos en la incansable y demandante búsqueda del bien común, porque ese es el fin primordial de toda la política».
«La actividad legislativa se debe basar en el cuidado de la gente», continuó el Papa, quien comparó trabajo de los legisladores con el de Moisés. «Sean como Moisés, hagan leyes justas y dignas», instó.
En otro fragmento, el papa Francisco advirtió hoy que «ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico». «Esto significa que debemos estar particularmente atentos a toda forma de fundamentalismo, tanto religioso como de otro tipo», agregó.
«Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar», expresó el Papa, ante un Congreso en silencio.
«Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar», subrayó.
El fin de semana viaja a Filadelfia.
En tanto, el analista Rubén Olmos, platicó con José Cárdenas sobre el aspecto político de la visita a América del Papa Francisco.
Fuente: El Mundo/ La Razón