Donald Trump anunció un acuerdo inesperado entre Estados Unidos y China para asegurar el suministro adelantado de minerales de tierras raras e imanes críticos, esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos y sistemas de defensa. El anuncio fue realizado este miércoles a través de su red social Truth Social y sorprendió incluso a los propios negociadores, que acababan de concluir dos días de intensas negociaciones en Londres.
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Según Trump, el pacto comercial —que aún requiere la aprobación final del presidente chino Xi Jinping— forma parte de un marco bilateral más amplio. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, había descrito apenas horas antes un acuerdo preliminar para reactivar la tregua arancelaria acordada en Ginebra y comenzar a desmantelar las barreras comerciales que han afectado gravemente las cadenas globales de suministro.
En declaraciones desde Londres, Lutnick explicó que el borrador del pacto contempla la eliminación equilibrada de restricciones de exportación por ambas partes, aunque evitó proporcionar detalles específicos. Por su parte, el viceministro chino de Comercio, Li Chenggang, confirmó que existe un acuerdo “en principio”, que será elevado al nivel presidencial.
Trump fue más explícito: China se comprometerá a entregar por adelantado estos minerales estratégicos, mientras que EE. UU. facilitará el acceso de estudiantes chinos a sus universidades. También mencionó un nuevo esquema arancelario de hasta 55 % sobre las importaciones chinas, cifra que combina tarifas anteriores con nuevos gravámenes ligados al combate al fentanilo.
El contexto es tenso. Hace solo semanas, ambos países acordaron una pausa de 90 días en sus guerras arancelarias. Sin embargo, el alto al fuego se rompió cuando China restringió licencias para exportar 17 minerales estratégicos. Washington respondió con bloqueos a software y componentes claves para la industria tecnológica china. El nuevo acuerdo de Londres busca ahora desactivar esa escalada comercial.