La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo punto crítico la noche de este viernes, cuando Irán lanzó cerca de 100 misiles balísticos contra Israel, en una ofensiva coordinada que incluyó objetivos clave como Tel Aviv y Haifa. El ataque encendió las sirenas de emergencia en todo el país, y las autoridades israelíes ordenaron a la población refugiarse de inmediato.
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El sistema de defensa antimisiles “Domo de Hierro” fue activado con éxito, interceptando varios de los proyectiles. No obstante, algunos misiles impactaron en zonas urbanas, generando columnas de humo visibles en diferentes sectores de Tel Aviv.
Horas antes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían ejecutado una operación aérea en territorio iraní, atacando infraestructura militar y nuclear perteneciente a la Guardia Revolucionaria Islámica, incluyendo un aeropuerto y centros de investigación. Según fuentes israelíes, fueron eliminados altos mandos de la Fuerza Aérea iraní y científicos nucleares de alto nivel.
En respuesta, el líder supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, aseguró en un mensaje televisado que su país hará pagar a Israel por sus acciones. Un funcionario iraní declaró a la agencia Reuters que “ningún lugar en Israel estará seguro” y que la venganza será dolorosa y prolongada.