La ambiciosa reforma económica de Donald Trump sufrió un golpe inesperado este viernes en Washington, cuando cinco legisladores republicanos rechazaron el paquete tributario y social conocido informalmente como el “One Big Beautiful Bill Act”.
El revés ocurrió en el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, donde el proyecto fue derrotado por 21 votos contra 16, pese a contar con el respaldo de la Casa Blanca.
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El megaplan de Trump buscaba extender las exenciones fiscales de 2017, crear un impuesto del 5 % a las remesas enviadas al extranjero, y financiar estos beneficios mediante recortes a Medicare y la eliminación de apoyos a energías limpias. Sin embargo, las divisiones dentro del Partido Republicano hicieron imposible avanzar.
Uno de los disidentes, Chip Roy, advirtió que el plan “emite cheques que no podemos cobrar” y que “nuestros hijos pagarán las consecuencias”. A él se sumaron Ralph Norman, Josh Brecheen, Andrew Clyde y Lloyd Smucker, este último cambiando su voto a última hora y sellando la derrota.
El presidente Trump, desde Medio Oriente, reaccionó con furia en redes sociales, exigiendo unidad en el partido y asegurando que sin esta ley “el país sufrirá mucho”. Aun así, ni su presión digital ni el apoyo de los líderes republicanos logró revertir el resultado.
El proyecto también provocó tensión internacional: la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó el impuesto a remesas como una injusticia contra los migrantes. Solo en 2024, los mexicanos enviaron más de 63 mil millones de dólares desde EE. UU., y la medida habría recaudado más de 3 mil millones de ese flujo.
Ahora, el liderazgo republicano analiza dividir el paquete legislativo para salvar al menos algunas medidas menos polémicas, como deducciones para familias y beneficios a ancianos. Sin embargo, las negociaciones internas siguen estancadas y el objetivo de firmar la ley antes del 4 de julio luce cada vez más lejano.
Este fracaso evidencia la dificultad del expresidente para mantener la cohesión dentro de su propio partido, justo cuando intenta consolidar su legado fiscal rumbo a las elecciones legislativas de 2026.