El fenómeno de la serpiente lunar, que se registra dos veces al año, descendió este domingo e iluminó la zona arqueológica de Chichén Itzá, confirmando así la dualidad en la cosmovisión maya.
“Los mayas siempre resaltaron la dualidad entre el día y la noche y se confirma con la llegada del Kukulcán Solar por las tardes y la Serpiente Lunar en las madrugadas”, explicó a EFE José Antonio Keb Cetina, custodio de la zona arqueológica de Chichén Itzá, quien durante más de 30 años lleva registros del movimiento de los astros en el sitio.
En la cosmovisión de los mayas prehispánicos, la dualidad proviene de dos fuerzas opuestas que al mismo tiempo se complementan.
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El fenómeno que se registró la madrugada de este 24 de marzo, comenzó a las 03:40 hora local y exactamente una hora después, se formó la Serpiente Lunar con siete triángulos de luz que brillaban gracias a Uh, la diosa Luna de los mayas.
“A las 4:40 de la madrugada, confirmamos la dualidad de los mayas, es decir, vimos un fenómeno arqueo astronómico en el Castillo de Chichén Itzá con Uh, que ocurre 12 horas antes con la luz del Kinich Ahau, el dios Sol de los antiguos habitantes de Mesoamérica”, reiteró Keb Cetina.
Explicó que observar la manifestación de lo sagrado “que dejaron nuestros antepasados mayas” llena de emociones, “sobre todo porque en esta ocasión el Castillo o Templo de Kukulcán se vio coronado por la constelación de Escorpión y otras estrellas del firmamento”.
“Es un espectáculo bello que ofrece la majestuosidad del Castillo y los triángulos de plata que regala la luz de la Luna, formando la Serpiente Lunar en ese edificio que es un Calendario perfecto”, aseveró.
La alfarda noroeste del Castillo, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno, “se ilumina con los rayos del Sol formando la majestuosa serpiente con cinco, seis, siete, ocho y nueve triángulos Isósceles”. EFE