La reciente declaración o si se quiere definición de nuestro señor presidente, podrá ponernos un tanto entristecidos, preocupados o de plano angustiados. Se trata de la mayor auto gratificación del carácter férreo, personal, inamovible, de muchos años en la política mexicana.
La historia comienza cuando una multitud abucheaba al pedestre gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco (quien quiere dejar en el gobierno a su ex secretaria de Turismo, Margarita González), el presidente impuso su voz de autoridad (ética, se supondría), para defender a Blanco a capa y espada.
La asamblea gritaba ratero, ratero y demás acusaciones. El presidente intervino, como estaba programado, y se dio gusto con la perorata acostumbrada. De pronto, casi al final de su discurso, soltó esta parrafada:
«…A lo mejor no les va a gustar, pero, lo quieran o no lo quieran, ya saben que yo siempre digo lo que pienso y que mi pecho no es bodega, y no podemos pensar todos de la misma manera, ni en la familia, nada, somos plurales y eso es la democracia. No hay pensamiento único, cada quien piensa libremente…
“Yo pienso que es un gran gobernador Cuauhtémoc Blanco. Ya les dije: no me importa, ¡es mi opinión y me consta!».
A estas alturas vale meter sus palabras bajo el microscopio: no les va a gustar (1), pero lo quieran o no lo quieran (2) …no podemos pensar todos de la misma manera (3), …ya les dije, no me importa…(4).
El punto número uno es la consagración del monólogo. ¿Cuántas veces hemos escuchado la fórmula simplona del “diálogo circular” de la boca del propio presidente? Muchas. es una farsa, obviamente.
Un diálogo circular vendría a ser el resultado de hablar en público, en una reunión de ciudadanos con derecho de pensar y opinar, en un ámbito de participación general, plural. Un ágora.
Lo demás es mentira.
El segundo tema también es preocupante: “lo quieran o no lo quieran”. La altura del templete y la propiedad del micrófono, determinan la capacidad resignada de la audiencia. Yo soy la voluntad final, ustedes son la masa cautiva y acarreada suficiente para abultar la concurrencia. Basta y sobra si lo quiero yo.
En tercer lugar se dice: “no podemos pensar todos de la misma manera”. Ni se trata de eso.
Lo interesante sería escuchar todos los pensamientos, sin la advertencia del no les va a gustar y lo quieran o no lo quieran. Eso se llama desdén y conviene, como actitud a las viejas fórmulas autoritarias. No mires al emperador a los ojos.
La cuarta idea de toda esta perorata mandona, también escuece cualquier inteligencia: “…ya les dije, no me importa”. No me importan ni las consecuencias de mis dichos, ni las palabras ajenas, ni ustedes mismos. Me importo yo y con eso es suficiente.
En la historia de la música popular mexicana, en especial la de canciones rancheras y corridos machistas (Gabino Barrera, no entendía razones), abundan los ejemplos de esa forma de la intransigencia. Es el mundo donde yo soy quien soy y no me parezco a naiden… pero sigo siendo el rey; no tengo trono ni reina…
Pero al menos esos míticos héroes del corrido o la canción de feria y bravata, se explicaban por andar en la borrachera. Pero ya cuando alguien se comporta de ese modo, sin haber bebido, las cosas parecen un poco más serias.
“…aquí (en Morelos, a diferencia de otros estados) trabajamos juntos con Cuauhtémoc. Y es muy importante Cuauhtémoc, y es muy importante Andrés Manuel, pero, ¿saben quién es el más importante de todos? El pueblo»
Y si al pueblo no le gustan mis palabras, y si no le gusta el fuste y el caballo no le cuadra.. pues ya saben.
ESCRITURAS
El gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, ofreció entregar mil doscientas escrituras de propiedad inmobiliaria doméstica, para otras tantas familias coahuilenses. Por lo pronto 404 beneficiarios ya recibieron sus escrituras, con lo cual arriban a un estadio de certeza jurídica y seguridad sobre sus hogares.
Rafael Cardona