Biden puede ganar y Kamala puede llegar.
Hay quienes creen que dejar libre la frontera sur puede ser una amenaza para Estados Unidos, no, seguramente el problema sería mayor para México. No dudo que le crearía fuertes dolores de cabeza al vecino, pero a diferencia de México, dispone de recursos humanos y tecnológicos para poder limitar y en una de esas hasta evitar el ingreso de indocumentados, inclusive, si le resulta indispensable, hacer cierres parciales.
Del otro lado, solo piense en lo que significaría el ingreso de 100 ó 200 mil errantes migrantes cada año por todo el territorio mexicano, de hecho ya se observa en muchas localidades la presencia de quienes van en camino o buscando dónde instalarse una vez que no lograron eso que llaman sueño americano.
El cierre fronterizo entre los dos países puede acarrear serios conflictos pero Estados Unidos tiene alternativas por tierra y aire para mover mercancias, es la ventaja de haber desarrollado infraestructura, no es el caso de México, ya se ha visto el desastre que se genera cada que el gobernador de Texas bloquea el paso de los camiones.
Para quienes creen que la negociación con el gobierno de Estados Unidos México tiene la llave maestra de la migración parece que dejan de lado que la entrada por la frontera sur es el primer paso de quienes buscan llegar al norte.
México tiene una frontera porosa, carece de un sistema efectivo para saber quienes entran al territorio nacional, las caravanas son el ejemplo, miles y miles de personas procedentes de todas partes ingresan sin control, unos se van quedando en el camino, otros llegan hasta la frontera donde pasan toda clase de vicisitudes.
Desde hace tiempo el crimen organizado hizo de la migración una de sus más lucrativas ganacias, igual son polleros que secuestradores, nadie se salva de pagar la cuota, desgraciadamente, hay quienes pagan con la vida.
Donald Trump supo cómo presionar al gobierno de López Obrador, amenazó con sanciones comerciales y se sacó la lotería, le desplegaron más de 25 mil elementos de la guardia nacional, cuando en el terreno comercial había acciones para responder en el mismo tenor, Canadá lo entendió, lo presionaron con sanciones y contestó por la misma vía, no solo eso, se distanció de la Casa Blanca, hay que recordar que el Primer Ministro Trudeau desairó a Trump en el acto para celebrar la renovación del tratado comercial, mientras que el presidente López Obrador se prestaba para apuntalar la campaña política del mandatario.
Biden entiende que su reelección tiene en el tema migratorio uno de los obstáculos más serios, porque su oponente lo hizo el tema de campaña, la anterior y la presente, los republicanos hacen segunda desde las cámaras, apoyados por los medios conservadores que dan cuenta de los miles que quieren ingresar a su territorio.
Es un problema humanitario no cabe duda, pero en este momento se trata de un tema propagandístico, por eso Biden se muestra dispuesto a cerrar la frontera si es necesario, ya la reabrirá después del 5 de noviembre, por lo pronto manda funcionarios de alto nivel al Palacio Nacional o le llama a López Obrador tras los reportajes que revelaron la investigación dela DEA sobre los presuntos nexos de sus campañas y su partido con el Cártel de Sinaloa. Él sabe su cuento, en la Casa Blanca, la anterior y la actual ya saben cómo marcarle el paso al inquilino de Palacio Nacional, quien hasta baila con gusto.
LA OFENSA DE QUERÉTARO.
No deja de llamar la atención la poca relevancia que tuvo en los medios de comunicación la ausencia del presidente en la conmemoración del aniversario de la Constitución, no fue asunto menor que el titular del ejecutivo por primera vez en 100 años faltara a la cita con la República. Por cierto, la presidenta del Poder Judicial, la ministra Piña ganó la partida, mostró oficio, su representante, el también ministro Pérez Dayan se comió la tarde y a la representante de Palacio Nacional. Con un discurso propio del día de la Constitución.